FIESTAS PATRONALES
Villa de la Quebrada resplandeció en el día de su Santo
Como cada 3 de mayo, esta importante festividad convocó a multitudes de feligreses que rindieron culto al Cristo de la Quebrada. En una jornada cálida y despejada, el gobernador Claudio Poggi, acompañado por el vicegobernador Ricardo Endeiza y la intendenta Rosa Calderón, participó en la santa misa y la procesión.

Este sábado, el gobernador Claudio Poggi viajó a la Villa para integrarse a los fieles que año tras año veneran al Santo Cristo de la Quebrada. Los representantes de la parroquia, situada en la calle Tomas Alcaráz, trasladaron la cofradía a la explanada para que cientos de peregrinos compartieran sus oraciones.
Durante la siesta, el rasgueo de una guitarra acompañó los rezos de los presentes, que alabaron a Jesús bajo los árboles añejos de la plaza Lucía Soler. El sol otoñal alumbró los semblantes de los devotos, mientras enarbolaban un sentimiento unido por la espiritualidad.
Seguidamente, el obispo Gabriel Barba dijo en su homilía: “El Santo Cristo de la Quebrada nos acompaña desde siempre y volvemos acá para renovar la fe. Debemos dejar que Dios obre en nosotros y reconcilie nuestros corazones. Dejemos aquí nuestras preocupaciones y nuestros pecados, vayámonos distintos”.


“Celebramos una misa cuando el mundo tiene una silla vacía: la sede del obispo de Roma”, afirmó refiriéndose al Papa Francisco. “Él fue un regalo que Dios hizo a la iglesia, con la particularidad de que fue cercano a nosotros; conocía la Argentina con capacidad y memoria. También sabemos que San Luis estuvo hace muy poquito en su corazón. Habrá miles de anécdotas, pero debemos enfocarnos en lo que nos enseñó con su magisterio”, agregó.
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“Hoy recordar al Papa es aprender a ser sencillos y servidores. Él hablaba de la política como el lugar más importante de la caridad: un lugar elevado de la verdadera caridad”, sostuvo Barba.
Para coronar la santa misa, el conjunto musical, compuesto por voces y flauta, interpretó la canción del Cristo. Seguidamente, todos se proporcionaron el saludo de la paz.
Luego, desde la plaza central, el Gobernador emprendió la emblemática procesión en honor al Cristo de la Quebrada. En el trayecto, multitudes agitaron sus pañuelos y levantaron sus manos como símbolo de devoción. Cuadra tras cuadra, el personal de seguridad ordenó el tránsito para diferenciar al peregrinaje de los puestos de venta. El Cristo, con las sierras de fondo, lució una corona de flores blancas y rojas. “Estamos aquí porque somos peregrinos de esperanza”, afirmaron los fieles.
La procesión detuvo su paso en varios puntos del pueblo. Primero, en el cementerio local, donde los creyentes rezaron para pedir por el descanso eterno de sus seres queridos. Más adelante, veneraron a la Virgen María y a la familia como institución, en una ceremonia puertas afuera.
En su retorno a la plaza Lucía Soler, el Cristo fue recibido por las campanas del Santuario y la Banda de la Policía. “Extiendo mis manos, Cristo de la Quebrada, para llegar a tu amor”, manifestaron los creyentes. Como broche final, entonaron el Himno Nacional Argentino y levantaron sus manos nuevamente para recibir la gracia del Cristo, que tiene programada una serie de visitas en mayo y junio, con destino al noroeste y sur provincial.

