FAUNA PROVINCIAL
Ambiente analiza los motivos de los diferentes registros de oso melero en la provincia
Tras el rescate de un oso melero (Tamandúa tetradactyla) en la localidad de Tilisarao, se analizan los diferentes registros de la especie en los últimos años. En esta oportunidad, el mamífero apareció en el patio de los vecinos de la localidad y gracias a la rápida intervención, el animal fue reintroducido a su hábitat natural, ya que no presentaba lastimaduras, ni características de haber sido víctima de mascotismo.
Lara Denápole, bióloga e integrante del equipo de la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, desarrolló algunos conceptos y análisis sobre su presencia en el ecosistema provincial: “El oso melero no es autóctono de la provincia, no forma parte de la fauna silvestre de San Luis. Lo que sucede con esta especie es que su distribución más austral, que corresponde al límite entre Córdoba y San Luis, sea posiblemente una de las razones de su aparición de algunos individuos en los últimos 15 o 20 años”.
De la misma manera, Guadalupe Cañadas se desempeña como técnica en el equipo de áreas naturales protegidas de la provincia, quien participó del análisis e informe creado tras el rescate del ejemplar: “Con este nuevo registro, ya serían 6 los osos meleros documentados formalmente que se han visto en la provincia. Se vuelve cada vez más evidente la presencia en silvestría del mismo en las ecorregiones presentes en San Luis, pudiendo esta darse por desplazamiento de su distribución original o por falta de registros previos. La fragmentación del hábitat, la pérdida de ecosistemas, el mascotismo, el tráfico ilegal y los atropellamientos son algunas de las principales amenazas que enfrenta esta especie en la actualidad”.
“Un análisis a priori nos permite pensar que las observaciones han predominado en las Sierras Centrales, en los años 2009, 2014, 2016, 2017, y el recientemente encontrado, y este no es un dato menor, lo que hace necesario desarrollar una campaña para que la sociedad conozca esta especie, y no verlo como un animal extraño. En el caso del ejemplar hallado en la localidad de Potrerillo del departamento San Martín, en el año 2014, el oso melero fue atacado por perros, lo que nos permite pensar la importancia de reforzar y realizar campañas a la comunidad para cuidar la especie, y que se desarrollen nuevas investigaciones académicas”, indicó Guadalupe Cañadas.
En relación a estos registros, las observaciones indican que la especie está ampliando su distribución por alguna causa, que puede estar relacionado a modificaciones en su hábitat, y por ello de a poco está llegando a San Luis. A pesar de que la distribución es amplia, y el oso melero se puede encontrar en distintas ecorregiones de las provincias de Salta, Tucumán, en zonas de yungas, Santiago del Estero, Formosa, Chaco Húmedo, Santa Fe, y Córdoba, aún así no es común verlo, ya que su condición es vulnerable, y no es una población óptima, por esta razón, los biólogos coinciden en “estar atentos a lo que sucede con esta especie”.
“El oso melero habita en el centro y noreste de América del Sur desde Venezuela, Brasil, Paraguay, norte de Uruguay y norte de Argentina. Si bien no es un ejemplar autóctono de San Luis, las poblaciones de osos meleros se registran en Córdoba y San Juan, lo que puede explicar el registro de esta especie en la región norte de la provincia durante los últimos años, en especial en la zona norte y sierras centrales, Villa de Praga, San Martín, Luján, Talita”, reforzó Denapole.
Con la intención de profundizar los conocimientos y la información, la cartera ambiental propone nuevos análisis acorde a las nuevas necesidades de trabajar en los registros formales de avistamiento, que se complementen con la caracterización de sus ambientes, lo que permitirá elaborar un mapa preliminar de su nueva distribución ampliada. La propuesta implica técnicas de teledetección y sistemas de información geográfica, herramienta clave para su conservación.
En relación al ejemplar recatado en Tilisarao, Denápole resaltó que el animal se encontraba bien de salud, y no requirió de cuidados del Centro de Conservación de Vida Silvestre de La Florida, ya que su condición sanitaria era buena; “Es un ejemplar muy difícil de tener cautivo por su alimentación por lo que se cree que estaba en silvestría o que fue liberarlo en zonas acordes a los registros de los últimos 20 años”, concluyó.