TURISMO Y CULTURA
La Biblioteca Provincial ‘Juan Crisóstomo Lafinur’ estará abierta durante el verano
La emblemática casa de los libros está en San Martín esquina 9 de Julio. Atiende de lunes a viernes de 8:00 a 14:00. Cuenta con un espacio creativo para los niños.
Durante el verano, la Biblioteca Pública Provincial ‘Juan Crisóstomo Lafinur’ se convierte en un oasis. Desde su reapertura, el 8 de julio, fecha en que cumplió su 66° aniversario, la institución ha impulsado múltiples actividades y colabora para profesionalizar otros espacios que promueven la lectura.
“Ya contamos con nuevos socios y varios se suman con la intención de explorar entre estos anaqueles que cuentan con 100 mil ejemplares en diferentes soportes. Últimamente hemos recibido varias consultas de psicología, autoayuda y literatura en inglés por parte de los jóvenes”, indicaron las bibliotecarias Karina Iglesias y Elena Gallardo.
“También varios profesores de historia nos han consultado sobre bibliografía de autores puntanos para avanzar con sus tesis o investigaciones. Todos los días nuestra tarea consiste en brindarles la información adecuada a cada consultante para evacuar sus dudas y que sientan ganas de regresar”, agregaron.
Para ser socio se requiere presentar un impuesto o servicio (para corroborar el domicilio) y un libro en buen estado o útil escolar para donar.
Este espacio también dispone de las bibliotecas personales de Paulina Movsichoff, Nicolás Jofré, Segundo Fernández y de las becas BAS XXI. Por otro lado, en el primer piso del Archivo Histórico Provincial, ofrece un rincón con literatura infantil y una hemeroteca.
“Recibimos a los chicos, acompañados por sus padres o familiares, y compartirnos algunas actividades como lectura, dibujos o, si se hacen socios, pueden llevarse algún libro. Los más chiquitos están tan entusiasmados que a veces no se quieren ir”, explicó la bibliotecaria con más de 20 años de trayectoria, Mary Tulián.
“Contamos con historietas, fábulas, cuentos, leyendas y una serie de dibujos impresos según las edades que nos visitan. Trato de atraerlos a los chicos como si fuera un juego para despertarles la curiosidad. Incluso los adolescentes cuando realizan visitas guiadas por el edificio se quedan un ratito acá, dibujando o pintando”, señaló.