FAUNA NATIVA
Liberaron dos caranchos en el dique Antonio Esteban Agüero
Las aves rapaces regresaron a sus hábitats naturales tras recuperarse en el Centro de Conservación de Vida Silvestre de La Florida.
En cercanías a Río Grande, dos caranchos que atravesaron un proceso de rehabilitación en el Centro de Conservación de Vida Silvestre volvieron a volar y regresaron a sus entornos naturales. Ambas aves habían ingresado a la reserva con lesiones leves, motivo por el cual las veterinarias Andrea Gangone y Julieta Poggi pudieron rápidamente ponerlas en condiciones para que regresen a la normalidad.
Más sobre los caranchos
Son vecinos comunes en ciudades, inmediaciones de rutas o en la zona rural, y cumplen un papel crucial de control biológico en la sociedad al alimentarse de especies que, en grandes cantidades, podrían ser perjudiciales para el ambiente y el ser humano.
Su nombre científico es Caracara plancus, de ahí su otra denominación habitual: caracara. Su tamaño promedio ronda entre los 49 y los 64 centímetros. Además, se distingue por poseer un cuello grueso, una llamativa cabeza de pico fuerte, con partes desnudas (sin plumas) amarillas o anaranjadas y una contrastante boina negra con penacho nucal.
Es muy frecuente observarlos en diversos ambientes, incluso en ciudades densamente construidas. Pueden ser vistos volando en las alturas pero también posados en antenas y cornisas e incluso hasta se animan a caminar por grandes parques o plazas.
El carancho es omnívoro y puede alimentarse de una variedad interesante de presas como palomas, ratas, sapos, peces, pichones de aves, entre otros, aunque antes que cazar prefiere alimentarse de carroña animales muertos o restos de residuos. Sus nidos están ubicados en los árboles y suelen tener un aspecto desordenado. Las aves femeninas ponen tres o cuatro huevos de color ocre manchados de marrón, aunque ambos padres se ocupan de la incubación y defienden el nido si una presencia extraña se acerca al mismo.