VILLA MERCEDES
Jinetes y amazonas disfrutaron de la Semana de la Familia en la Escuela de Equinoterapia
Esto les permitió a los chicos compartir con sus padres, allegados y todo el equipo de profesionales las actividades diarias.
Con un clima cálido y soleado después de días de lluvia, la Escuela de Equinoterapia de La Pedrera acogió a jinetes, amazonas y sus allegados para la celebración de la Semana de la Familia. Los chicos compartieron su experiencia con padres, madres y abuelos, y crearon un espacio de conexión y aprendizaje mutuo.
“Queremos que los familiares vivan lo que nuestros alumnos experimentan diariamente”, explicó Valeria Piffaretti, directora del centro. “Es una oportunidad para que ellos comprendan cómo el caballo, como co-terapeuta, ayuda a nuestros alumnos a superar desafíos y crecer. Y la consigna es que ellos mismos expliquen a su familia la actividad”, sumó.
Dilan y Felipe, junto a sus mamás Evelyn y Jéssica, respectivamente, fueron algunos de los protagonistas de esta jornada especial. Juntos, los chicos prepararon a los caballos y explicaron cada paso del proceso. La emoción y el orgullo brillaban en los rostros de los pequeños mientras hablaban con sus seres queridos.
Lo primero que se realiza es el contacto del jinete o amazona con el co-terapeuta (caballo), pasan un tiempo de ocio con el animal, en el que lo acarician y acicalan como un buen cepillado. Luego, el niño busca todos los elementos que debe colocarle al caballo, como las sudaderas, la monta, el cinturón, las riendas y el casco. Una vez preparados, pueden salir al campo. La terapia dura entre 15 a 20 minutos.
Pasado el tiempo en campo, hacen una pequeña relajación y respiración profunda arriba del caballo. Luego les retiran todos los elementos de monta. La actividad concluye con un premio para el co-terapeuta, que pueden ser trozos de manzana o zanahorias.
En otro turno, los alumnos Tomás, con su mamá Laura, y Roque acompañado por su papá, Gustavo, fueron acompañados a las caballerizas. Allí mostraron a sus padres el lugar donde duermen los caballos y colaboraron en rastrillar y acomodar sus establos, un sitio muy importante dado que es su refugio nocturno. Después realizaron su sesión de terapia, para lo cual, antes desarrollaron todos los rituales para la salida a campo.
Los resultados de la jornada fueron muy positivos. Se pudo apreciar el apoyo de los familiares al proyecto de equinoterapia coordinado por Ángel Rolando. Destacaron que los logros de sus hijos son resultado del amor y el conocimiento de todo el equipo de trabajo. La equinoterapia fomenta la confianza, la coordinación y el desarrollo emocional. En el centro equino, esta práctica se convirtió en un puente entre familiares y alumnos, fortaleciendo lazos y creando recuerdos inolvidables.
