"EQUINOVISITA"
Niños de dos jardines vivieron una jornada imborrable en La Pedrera
Pequeños de 3 y 5 años disfrutaron de una jornada llena de aprendizaje y diversión en el Centro de Equinoterapia. Hubo Baile, fotos, merienda y plantines de souvenir.
Alumnos de la salita de 3 años del Jardín de la escuela EPA “Maestro escultor Vicente Lucero”, del barrio de la Ribera, y los de la sala de 5 años del Jardín de la Escuela N°36 “Gobernador Alric”, del barrio San José, fueron invitados a recorrer el Centro de Equinoterapia La Pedrera, donde vivieron una jornada imborrable.
Los pequeños junto a sus seños comenzaron la mañana con una coreografía de baile ante la tierna mirada de algunos papás que no quisieron perderse la jornada.
Ángel Rolando y Valeria Piffaretti, acompañados por el personal, se abocaron a hacer el recorrido por las instalaciones en una breve exposición y en un vocabulario de acuerdo a su edad y comprensión. Los niños aprendieron sobre los caballos, sus nombres y el valioso rol que desempeñan como terapeutas en el centro. Visitaron las caballerizas, donde pudieron observar el lugar donde los animales descansan, rastrillaron y organizaron sus establos, entendiendo así la importancia de su espacio nocturno. Además, tuvieron la oportunidad de darles de comer.
Los pequeños de la escuela Gobernador Alric estuvieron permanentemente acompañados por sus maestras Andrea Gatica, Jessica Calvo y Greta Gallardo. En tanto, las seños Valentina Torres, Georgina, Romina Novillo escoltaban a los chicos de la escuela Vicente Lucero. “Están súper contentos, es muy interactivo para los nenes, felices con la invitación”, destacaron las docentes del barrio La Ribera.
Al regresar al salón, tuvieron la oportunidad de sacarse una foto grupal con el cartel de bienvenida de la primavera, junto al secretario de personas de discapacidad, Luis Giraudo, que se acercó a compartir la merienda con los niños.
Para finalizar cada pequeño recibió crayones de distintos colores, pinturas y en una cartulina decorada por docentes del centro, imprimieron sus deditos y algunos escribieron sus nombres. Cada niño se llevó de regalo plantines como recuerdo de una jornada inolvidable. Una de las docentes del establecimiento del barrio San José, expresó: “El equipo de equinoterapia nos recibió de manera excepcional. Al vivirlo tan de cerca y en directo, lo aprenden muy bien”.
