EDUCACIÓN
Estudiantes de una escuela rural hicieron relatos y dibujos sobre los incendios en su región
Son de la Escuela N°247 ‘Granadero José Doroteo Arias’, ubicada en el paraje El Paraguay, del departamento San Martín. El fuego que acechó la semana pasada la zona movilizó a los estudiantes a expresar por escrito y con ilustraciones esa vivencia y la tarea de los bomberos.

Aprender implica hacer propias las vivencias personales y colectivas, darles sentido. La directora y los estudiantes de la Escuela N°247 ‘Granadero José Doroteo Arias’, ubicada en el paraje El Paraguay del departamento San Martín, encontraron en una experiencia movilizante de la semana pasada, la acechanza del fuego en la región donde está la institución, la oportunidad para poner en juego sus habilidades para la narración, la escritura y el dibujo y, de algún modo, valorar y agradecer la tarea de los bomberos que, entre el lunes 2 y el viernes 6, trabajaron arduamente para controlar las llamas entre Paso Grande y La Vertiente.
La escuela rural, que está ubicada a unos 120 kilómetros de la capital, al noroeste de Paso Grande y fue fundada en 1910, es de personal único. Cristina Cuello es quien la coordina y cumple la función de directora y docente. Allí le enseña los contenidos a Julieta Arce, de 9 años; Mateo Gil, de 6; y Belinda Sánchez Frías, de 4. Además, la hija de la maestra, Ángeles Arce, de 3, siempre está en la escuela y también se suma a hacer dibujos y tareas.
La escuela queda, en línea recta, a unos cinco kilómetros de la zona en donde hubo incendios, estimó Cristina. Y la familia de Mateo es una de las que sintió muy próximo el peligro del fuego. Incluso su papá se sumó a los socorristas para darle pelea a las llamas. El estudiante de primer grado vio de cerca la angustia de su familia y de los vecinos, y también el denodado esfuerzo de las dotaciones durante esas jornadas, a las que se sumó una avioneta hidrante. “Es la primera vez que viene, y creo que eso ayudó mucho a controlar el fuego”, consideró la docente.
“Nosotros estábamos trabajando con el Plan Alfabetizador ‘Leamos’ del ministerio de Educación, y vimos el tema de los relatos, las historias. Y justo ocurrieron los incendios, que nos tuvieron a todos en vilo la semana pasada”, refirió Cristina. La docente consideró que esa fuerte vivencia podía ser también el disparador de actividades de aprendizaje. A partir de lo que Mateo le contaba fue tomando forma en el pizarrón un relato, que luego plasmó en su cuaderno. Sus compañeritos se sumaron: Julieta también hizo una narración y después todos, incluida Ángeles, se pusieron manos a la obra con los dibujos.
El jueves, Mateo tuvo la posibilidad de entregarle personalmente los dibujos a los bomberos, cuando regresaban a La Vertiente después de una extenuante jornada, en un gesto de agradecimiento por su labor. El viernes Mateo no fue a la escuela: el panorama ese día era muy preocupante. “Por el viento, el incendio se reactivó. Prácticamente estuvieron todo el viernes tratando de apagarlo y finalmente altas horas de la noche lo lograron. Y el sábado hicieron la guardia de cenizas”, contó la docente.
Cristina dijo que esta semana, si va a La Toma, acercará al cuartel los dibujos de los otros chicos. Más allá del valor desde lo educativo y lo personal para cada integrante de la comunidad, para la docente, es importante que la sociedad dimensione el perjuicio de los incendios forestales. “Hay que tomar conciencia de que si prendés fuego, se pone en riesgo la vida de las personas, hay pérdidas en la fauna autóctona, la flora, además de daños en la propiedad”, recordó.