TURISMO
El Volcán, un lugar para enamorarse en el corazón de las sierras de San Luis
Aventurarse a conocer esta localidad, que hoy cumple 81 años bajo la advocación de Nuestra Señora de la Guardia, es descubrir lugares únicos por su ubicación, historia y belleza natural. Cada arroyo, cascada, río y valle despierta un sinfín de sensaciones que atrapan a los visitantes.
A 15 minutos de la capital provincial, por ruta 20, florece la localidad de El Volcán en un escenario natural increíble por sus condiciones geográficas y naturales. A 81 años de su fundación, la localidad se mantiene entre los destinos más elegidos por vecinos y turistas a la hora de descansar. Paseos por senderos entre sierras, ríos y verdor permiten descubrir y visualizar árboles, arbustos y aves que conforman el patrimonio natural del lugar, que junto a arroyos, cascadas, gastronomía y aventura son distintivos de El Volcán.
En el centro de la localidad, La Hoya es una visita imperdible. La erosión del viento y del agua confluyeron para la formación de piletones naturales únicos que los visitantes utilizan como balneario, disfrutando del agua cálida del río. Su cauce suele ser muy caudaloso en temporada alta, forma una concavidad natural de piedra que a lo largo de los años ha resultado uno de los balnearios más visitados de la provincia.
La pileta natural tiene dos ingresos: uno por banda norte y el otro por banda sur (ruta 20). La Hoya cuenta con profundidades que alcanzan los tres metros, según el nivel del agua. Antiguamente conocido como Salto de los Callegaro, es el más importante de la localidad y reconocido a nivel nacional como uno de los más atractivos, con sus cuatro saltos.
Cada verano, el balneario muestra su máximo esplendor con el agua de lluvia que nutre los ríos y arroyos y mantiene el nivel de sus piletas naturales. La gastronomía lugareña, la presencia de artesanos, el rápido acceso al emplazamiento por la infraestructura de caminos y el servicio de transporte público, son factores clave para el desarrollo turístico de El Volcán.
El Volcán a través del tiempo
Esta localidad del departamento Juan Martín de Pueyrredón, ubicada al pie de Las Sierras de San Luis, fue fundada el 29 de agosto de 1943, bajo el mandato del gobernador Justo Rojo (interventor federal) durante el gobierno del presidente de facto general Pedro Pablo Ramírez.
Los primeros pobladores fueron vecinos de la ciudad de San Luis, quienes adquirieron terrenos y quintas para pasar los fines de semana. Con el tiempo, muchos de ellos decidieron radicarse en la zona. Desde entonces, El Volcán se destacó como un lugar de veraneo, debido a sus grandes atractivos naturales. El origen del nombre se debe a que en la zona del Salto Colorado, las piedras y el sonido estruendoso del rio recuerdan a un volcán.
Lugares para visitar
Balneario El Badén: se trata de un espacio al aire libre ideal para que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores puedan practicar diferentes actividades, tales como deportes, juegos, o simplemente unos mates sentados en los bancos o en el pasto y en contacto con la naturaleza.
Balneario Salto Colorado: un lugar especial para descansar a la orilla del agua bajo una frondosa arboleda, a metros de la avenida Pringles, es un pequeño pero no menos ruidoso salto de agua que ‘musicaliza’ el ambiente con el sonido de las rocas atravesando un peñasco y vertiendo las aguas en una pileta natural. Una formación rocosa de color rojizo da el nombre al sitio. Los senderos no presentan ninguna dificultad para recorrer la verde vegetación que crea un escenario único para paseos fotográficos.
Salto del Osito: imponente cascada que converge en una pileta natural de 5 metros.
Bicisendas y ciclovías: El Volcán y la provincia se encuentran entre los lugares más amigables del mundo para movilizarse en bici. Las bicisendas recorren casi la totalidad de la localidad y sus principales escenarios.
Los Morteritos: aquí se encuentra una señal de presencia indígena, considerado patrimonio arqueológico que evidencia que en el lugar habitó un grupo indígena, tal vez los michilingues, otros dicen que pueden ser vestigios de huarpes o diaguitas. El primer conjunto tiene dos excavaciones en roca pétrea, de contextura; al cruzar un curso de agua se llega al segundo grupo de morteritos en una pequeña quebrada, de presencia más notoria por su mayor diámetro y profundidad.
Río Volcán: se alimenta de vertientes y manantiales que descienden de las Sierras de San Luis. Fluye de este a oeste y es cuenca del río Chorrillo. Durante todo el año circula agua a pesar de las épocas de sequías, porque nace de manantiales. Las aguas son cristalinas y dulces, aptas para el consumo humano.
Al ser un río que brota bajo la tierra y rocas, sus aguas son cálidas (en los días fríos puede verse vapor salir del agua, debido a las diferencias de temperatura con el ambiente). Atraviesa todo El Volcán y es el causante del nacimiento y crecimiento de la localidad.
Dique La Estrechura: la obra, emplazada en el cauce del río Volcán, donde convergen los arroyos El Durazno y Estancia Grande, incrementa la posibilidad de satisfacer la demanda de agua cruda de los productores; aumenta las reservas del recurso para distribuir a los pobladores; permite un mejor control de las crecidas y propicia nuevos proyectos turísticos en la zona. Rodeado por la verde vegetación y custodiado por las alturas de las sierras, en un ambiente privilegiado para las actividades acuáticas y de pesca.
Seminario Mayor San Miguel Arcángel: lleva el nombre del defensor de los derechos de Dios y de la Iglesia. Fue fundado por monseñor Juan Rodolfo Laise, cuarto obispo de San Luis, el 11 de febrero de 1980. Su primera sede fue en Lavalle 1239, en la ciudad de San Luis, hasta 1982, cuando se trasladó a la actual sede en El Volcán.
Capilla Nuestra Señora de la Guardia: el 29 de agosto de 1944, día de nuestra Señora de la Guardia, fue inaugurada oficialmente esta capilla. Don Alfredo Picca con su fe y sacrificios construyó el santuario en honor a Nuestra Señora de la Guardia, cumpliendo así su promesa por escapar de la muerte luego de sufrir un accidente de caballos. Esta capilla cuenta con diez vitraux, lo asombroso es la presentación del altar en un modo escenográfico, no común en las imágenes de otras iglesias.