“Es hora de actuar todos juntos como sociedad ante la violencia y el acoso”

Francisco Pérez tiene 22 años y es miembro de la Alianza Sanluiseña Antibullying Escolar (ASAE). Padece un leve retraso mental y siempre realizó sus estudios académicos acompañado de una profesora integradora, situación que injustamente lo llevó a sufrir bullying de parte de compañeros intolerantes de su discapacidad. Hoy hace un llamado a unirse frente a este mal, para que nadie tenga que vivir experiencias similares.

En el microcine de la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus, Francisco Pérez fue uno de los estudiantes que pasó al frente para compartir una experiencia dolorosa de su vida, la etapa en la que sufrió bullying en la escuela por poseer una discapacidad. Frente a compañeros, padres, integrantes de ASAE y el propio gobernador Claudio Poggi, el joven relató su experiencia y alentó a que otros que estén en la misma situación que él padeció, puedan dar a conocer sus historias y recibir la atención que necesitan.

“Empezó con acoso verbal hacia mi persona. Me decían ‘inútil’, ‘inválido’, ‘retrasado’ o ‘goofy’, por el solo hecho de tener una profesora integradora y una discapacidad”, explicó Francisco, quién optó por no mencionar la institución educativa en la que le sucedieron estas cosas porque “no se trata de mandar al frente a nadie ni que cierran las puertas de un colegio, es algo que pasa en todos lados”.

Lamentablemente, y pese a sus intentos por ignorar a los acosadores, la violencia escaló desde el plano verbal hasta el asalto físico. “Un día me agarraron entre cinco compañeros y me dieron una golpiza”, contó. Por suerte hubo un estudiante, Alhué Nieto, que no se quedó de brazos cruzados y salió en su defensa, un acto que marcó el inicio de una profunda amistad. “Lo adoro con el alma, él fue el que puso el granito de arena para que yo salga de esa situación”, recordó Francisco.

Hace unos meses, Gustavo Sesmilo, cofundador de ASAE, se contactó con el joven para que forme parte de la fundación y los ayude a completar sus objetivos. “Me mostró el proyecto, me comentó lo que quería hacer y yo pensé ‘tengo que actuar, tengo que ayudar para que más chicos no la pasen tan mal como la pasé yo’. Para que eso no lo vivan los demás porque me parece injusto”, sostuvo Francisco.

Desde entonces, pasa buena parte de su tiempo libre pensando en cómo ayudar a esas personas que quizá estén inmersas en una situación de violencia o acoso. “Confíen en sus amistades, en los seres queridos, en sus familias, y tengan esa confianza para hablar. No se queden callados porque esta situación va a ir escalando como me pasó a mí”, aseguró. Subrayó la importancia de concientizar sobre el bullying para facilitar su detección y le reiteró a las posibles víctimas que “no están solos, no bajen los brazos ni pierdan la fe. Es difícil, pero con seguridad les digo que hay una solución. Antes de que sea tarde y todos juntos como sociedad, es hora de actuar”.