“Yo soy patriota, ellos son héroes”

Roberto Ángel Ricci cuenta que, al volver de la guerra, recibió de su familia y entorno lo que otros excombatientes no tuvieron: contención y acompañamiento. “Todavía hay mucha gente que está mal. Hubo más muertos después de la guerra que durante la guerra”, lamenta. Dice que lo sucedido en Malvinas se revaloriza contando lo que sucedió en las islas, explicando por qué son argentinas y recordando a los que combatieron. Está convencido de que algún día serán recuperadas. 

Roberto Ángel Ricci tiene una voz firme y tono contundente, tanto como sus conceptos sobre Malvinas, y todo se sostiene en aquello que vivió en las islas. Una de ellos es que, por su edad, se subestimó a los jóvenes que fueron a la guerra. “Muchos hablan de que eran niños. Eran hombres que nos defendieron. Esos hombres están ahí en estos momentos, en Malvinas. Los ingleses se llevaron una sorpresa con la actitud y la preparación”, afirmó el militar que nació en Olivos y actualmente reside en Los Molles.

“Yo estaba en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Transporte Sostén Logístico Móvil, un avión grande, un F-28. Fui a Europa a buscar ese avión, o sea que lo volé como ingeniero de vuelo, pero como estaba en la Marina era mecánico de vuelo. Mi desempeño fue siempre tripulante del avión, porque se vuela con piloto, copiloto y el técnico, el mecánico de vuelo. Desde el 2 de abril al 2 de mayo fueron muchos vuelos a Malvinas, y desde el 2 de mayo al 14 los vuelos disminuyeron”, recordó.

No hubo solo una sola jornada complicada sino varias, porque de noche, sin poder identificarlos, incluso los propios les tiraban. “Llevábamos pertrechos de guerra y traíamos a los heridos de la isla con el avión F-28. Tuve muchas emociones, mucha tristeza y muchas vivencias. La que me quedó más marcada fue cuando hundieron el crucero y salimos con el avión a rescatar. Estos dos ojos que están ya viejitos vieron una de las primeras balsas. Le dije al comandante ‘hay un puntito en el mar’. Fuimos y era una de las balsas”, evocó.

Roberto pone en el diálogo la cuestión de la salud mental de los excombatientes. En su caso, en la posguerra, tuvo mucho apoyo de su familia y de personas de otros entornos. “A pesar de que todos hablan de que la gente se olvidó, yo tuve muchos compañeros, mucha gente que me contuvo, en el sentido de hacerme la pregunta para contar lo que me pasó. Creo que si uno se lo guarda, es un hervidero que uno tiene continuamente dentro de la mente. Ahora, quienes estamos en el Centro de Excombatientes de Valle del Conlara ayudamos a nuestros compañeros. Todavía hay mucha gente que está mal. Hubo más muertos después de la guerra que durante la guerra”, lamentó.

Para Roberto, malvinizar es acercar a la sociedad lo que sucedió en las islas, enseñar qué son para Argentina, por qué fueron. “Uno va a defender la Patria, porque es tierra nuestra. Fui uno de los que me negué a volver, porque no le voy a dar la oportunidad a un inglés de que me selle el pasaporte. Como dijo Sarmiento, ‘La pluma, la palabra y después las armas’. Estoy totalmente seguro que en algún momento las vamos a recuperar, de alguna forma”, dijo.

El legado que quiere dejar a las nuevas generaciones es que estas amen el lugar donde nacieron, que no permitan la extranjerización, que respeten a la Bandera, a las insignias patrias, al Himno, porque es un homenaje a los que dieron la vida en la guerra. “Tengo muchos compañeros que me gustaría que estén al lado mío -dice Roberto con los ojos humedecidos-. Eso es lo que más siento. Y por ellos voy a seguir luchando hasta que me vaya. Ellos no pueden hablar más. Yo soy patriota, pero ellos son los héroes”.