CONVOCATORIA MUJERES PUNTANAS
Betina Bongianino fue una de las ganadoras con “La voz nunca se calla”
Participó en la categoría prosa narrativa. Su texto está inspirado en los poemas de Ana María Ponce, desaparecida durante el proceso militar.
Investigar sobre Ana María Ponce y sus escritos fue la base del cuento que Betina Bongianino presentó en la convocatoria “Mujeres Puntanas”, con el cual resultó ganadora en la categoría: prosa narrativa.
La mujer que inspiró a Betina fue secuestrada en julio de 1977 y la vieron con vida por última vez, unos siete meses después. Estuvo en la ESMA y sus escritos en cautiverio fueron publicados en el libro “Poemas” perteneciente a la colección “Memoria en movimiento”.
Ponerse en la piel
La escritora describió cómo le dio forma al trabajo que resultó ganador: “Comencé con la investigación. Leí varios artículos sobre Ana María Ponce y luego todos sus textos rescatados de la ESMA, que fue lo que me sirvió de inspiración. Para escribir el cuento en primera persona debía ponerme en su lugar. Traté de imaginar sus vivencias, sus sentimientos, su dolor, y realmente fue un trabajo emocionalmente difícil pero necesario para componer el personaje. Después, las palabras surgieron solas y en un par de horas, el cuento estaba escrito”, comentó la escritora.
Por último, se desarrolló el trabajo de corrección, revisar la puntuación y otros detalles hasta lograr que el texto dijera lo que Betiana quería expresar.
Perseverancia
Bongianino recordó su niñez y contó que creció escuchando a sus padres leyéndole cuentos. En su casa abundaban los libros, ya que su mamá y su papá eran muy lectores, y además, este último también pintaba y escribía. “Mi primer amor fue la pintura, pero a los 12 años comencé a escribir poesía y con el transcurrir del tiempo me incliné hacia las letras y la prosa. Comencé a compartir esta pasión en grupos y en talleres. Con los años comprendí que escribir no depende solo de las musas inspiradoras, del talento, si es que los hay, o las ganas de decir, sino que es trabajo, paciencia, corrección y más corrección hasta lograr que el texto brille”, expresó.
Sobre sus obras
Se definió como una poeta ante todo, por eso, sus textos se apoyan mucho en la prosa poética. “Creo que lo que define mi escritura es básicamente la emoción. Busco que mis personajes sientan y expresen su sentir, por eso generalmente me enfoco más en construir sus perfiles psicológicos. Intento que su voz traspase las letras e intento llegar directamente al corazón del lector. No estoy encasillada en un género determinado pero los mundos que creo en mi prosa son realistas, cotidianos, o neo fantásticos. También me gusta adentrarme en el terror, en la parte oscura de la vida. La soledad, el desamor, el silencio, el dolor y la violencia son temas recurrentes en mis trabajos”, reveló.
En voz alta
Sobre la visibilización de la mujer, Betina Bongianino reflexiona y dice que un gran número de mujeres hacen escuchar su voz a través del arte, pero no siempre fue así. El don de la escritura, como cualquier otra disciplina, no distingue entre sexos, pero, aunque la habilidad es casi instintiva, a las mujeres no siempre se les permitió leer, escribir u opinar. Es evidente que, aunque la literatura es universal, el privilegio de crearla y compartirla en sociedad llegó con siglos de retraso para el género femenino, afirma Betina. “Gracias al movimiento feminista nos fuimos abriendo paso en este ámbito como en muchos otros, pudiendo hacer entender al mundo que nuestra mirada es necesaria para completar la universalidad de la literatura. Las artistas estamos llevando a cabo una revisión de la imagen de la mujer y los papeles asignados por la cultura y la sociedad, surcando además nuevos territorios ideológicos y culturales que permiten a las mujeres acceder, en pie de igualdad, al reconocimiento de la existencia de una presencia y de una mirada, hasta ahora ignorada”, remarcó la escritora.
Nota y foto: Prensa Programa Cultura.