Al final no habíamos tocado fondo
La producción industrial sigue en caída diez meses consecutivos. Hay sectores que están peor que hace 15 años.
El Indec publicó el IPI (Índice de Producción Industrial) correspondiente a marzo. Malas nuevas. Las esperanzas de que podíamos haber tocado fondo, porque el número de enero y febrero respecto del mes anterior había sido positivo, se desvanecieron. Desde el Gobierno nacional decían que tendríamos una recuperación en forme de “V”, es decir una rápida subida después de la desenfrenada caída. La realidad estadística muestra que aún no se llega al vértice y que lo que ocurre con la economía se parece más a una “L”, una fuerte caída con ‘amesetamiento’.
Los duros datos. En marzo respecto de febrero, la industria cayó 4,3; si se compara con marzo de 2018 el desplome es de 13,4 y si se mira el primer trimestre y se lo compara con el mismo período del año anterior, hemos retrocedido 11,1. Todo mal. Ya no hay esperanza de estar en el suelo. Hoy es solo una ilusión de que así sea. Pues como canta Serrat “bienaventurados los que se encuentran en el fondo del pozo, pues de allí solo cabe ir mejorando”.
Esta es la coyuntura. Esto no pasa.
Si miramos el informe desde una perspectiva histórica y no comparamos con como estábamos, digamos 15 años atrás, diremos: que si en 2004 estábamos en el nivel 100, en marzo estamos en el 119. Es decir que hemos crecido apenas más del 1 por ciento por año, número parecido al crecimiento poblacional y consecuentemente si lo vemos por persona, no ha habido mejora.
Lo peor es que marzo suele ser de los mejores meses del año para este índice. Fue el mejor en 2018. Si hubiéramos hecho la comparación anterior con el índice de febrero, veríamos que en 15 años solo se creció a 106,6, un 0,44 anual, menos de la mitad de lo que crece la población. Es decir nos hemos empobrecido.
Si vemos como les ha ido a los diversos sectores industriales, en los últimos 15 años, resalta por su crecimiento muy por encima de la media el sector minero. Llama la atención que las industrias textiles estén peor que hace 15 años, pese a que la población que crece sigue necesitando vestimenta. Sin duda se relaciona con las políticas que han afectado al sector.