VILLA DE LA QUEBRADA
La voz de los comerciantes, la otra cara de las festividades religiosas
Como todos los años, la concentración de gente que convoca las festividades del Santo Cristo de la Quebrada hace que las calles de la localidad estén colmadas de distintos comercios en los alrededores y camino a la iglesia. La oferta es variada, pero el reclamo es común de los puesteros y feriantes en esta oportunidad: el marcado descenso de las ventas, producto de la crisis provocada por el Gobierno nacional y que en Villa de la Quebrada también se siente.
“La gente pregunta más de lo que compra”, dijo a ANSL, Zulma, propietaria de un local de indumentaria. “Está medio flojo. Estoy trabajando con los mismos precios como todos días en Buenos Aires, de dónde vengo. No puedo recargarle más nada, está difícil”, sentenció.
En un modernísimo chulengo, Carlos preparaba matambre y bondiola de cerdo para esperar a los feligreses que salieran de misa: “Vienen a rezar y pagar promesas, pero también tienen que comer, por eso es bueno tener algo para que ellos puedan degustar”, contó el hombre de La Punta, que también confesó: “Esperemos que repunte. Es poco lo que se gana porque el costo de las cosas son muy altas a comparación del año pasado, pero hay que rebuscársela de alguna forma”, deslizó con cierto aire de esperanza.
El sanjuanino Luis viene todos los años con su puesto de quesos, salamines y embutidos. “El año pasado a esta hora habíamos vendido el triple ya. La venta es muy floja pero es igual en todos lados, nosotros recorremos el país en los distintos festivales y en San Juan por las distintas ferias y eventos, y te puedo asegurar que nada que ver con el año pasado”, manifestó aunque recomendó – a modo de pregón- probar el arrolladito: “Es lo que más sale porque es rendidor y vale $50 los 100 gramos, también los salamines de puro cerdo que valen $100 cada uno”.
Otro de los asiduos concurrentes a la Villa son los talabarteros santiagueños de Ojo de Agua. René expresó su alegría: “Dios nos ha dado salud para estar de nuevo en este lindo lugar, como todos los años que venimos, así que estamos muy contentos” pero a la hora de hablar de las ventas, coincidió con sus pares: “Están muy tranquilas, no hay dinero que la gente disponga, todos sabemos que la situación del país no es buena y con la suba que hubo, entre comestibles y combustibles, las ventas mermaron. Tratamos de pelearla, vender algo y salvar nuestros gastos porque somos 8 y la venimos luchando, vamos por todo el país, a veces se gana, otras no nos va tan bien pero hay que estar. Ojalá que este país se componga para el bien de todos”, concluyó con una expresión de deseo que fue uno de los mayores pedidos por las más de 100 mil personas que visitaron al Cristo de la Quebrada.
Nota: Adolfo González.
Fotos: Luciano Grangetto.