LA SOLEMNE CEREMONIA SE REALIZÓ EN LA RIOJA
Wenceslao Pedernera es el primer puntano beatificado por la Iglesia
La Iglesia católica declaró beato al peón puntano Wenceslao Pedernera. Hace instantes, durante una misa que se ofició en el Parque de la Ciudad, en La Rioja. El hombre que fuera asesinado por la dictadura militar en 1976, recibió esa bendición al igual que el obispo riojano Enrique Angelelli y los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Una delegación de San Luis participó de la ceremonia.
La solemne ceremonia es presidida por el prefecto de la Congregación para las causas de los Santos, Giovanni Angelo Becciu, quien es acompañado por el nuncio apostólico en Argentina, León Kalenga, y el actual obispo de la diócesis de La Rioja, Dante Gustavo Braida.
Ante cerca de 40 mil personas, Becciu, enviado del Papa Francisco, leyó el decreto firmado por el sumo pontífice: “Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano monseñor Dante Gustavo Braida, obispo titular de la Diócesis de La Rioja, de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles, después de haber obtenido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que los venerables siervos de Dios: Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja; Gabriel José Rogelio Longueville, sacerdote diocesano; Carlos de Dios Murias, sacerdote profesor de la Orden de Frailes Menores Conventuales; y Wenceslao Pedernera, padre de familia; mártires y discípulos fieles de Cristo, insignes testimonios de Su Reino de justicia y de caridad, de ahora en adelante sean llamados ‘Beatos’ y que sea celebrada cada año, en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, el 17 de julio, día de su nacimiento al cielo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Dado en Roma, junto a San Pedro el día 27, del mes de marzo del año del Señor 2019, séptimo de nuestro Pontificado”.
En otro momento de su mensaje, el prefecto se refirió especialmente al mártir puntano: “Se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social, alimentada por la fe. Un hombre humilde y caritativo con todos”.
En representación del Gobierno de San Luis asistieron la senadora por el departamento Belgrano, Mabel Leyes, y la jefa del Programa Relaciones Institucionales y Culto del Ministerio de Gobierno, María Paz Ruggeri. Las representantes puntanas fueron recibidas por el gobernador riojano, Sergio Casas y su equipo, a quienes transmitieron un mensaje del primer mandatario puntano, Alberto Rodríguez Saá.
La historia del primer beato puntano
El representante de Francisco, Giovanni Angelo Becciu, dedicó varios minutos a repasar la vida del Wenceslao Pedernera: “Laico y padre de familia, nació en La Calera, departamento Belgrano, provincia de San Luis, el 28 de septiembre de 1936 y fue bautizado el 24 de septiembre de 1938. Ya desde joven se dedicó al trabajo en el campo y, en 1961, se trasladó, a Mendoza para trabajar en la finca Gargantini. En marzo de 1962 se casó, en Rivadavia, con Marta Ramona Cornejo y de esta unión nacieron tres hijas, María Rosa, Susana Beatriz y Estela Marta. Si bien no participaba de la vida eclesial, luego de asistir a las novenas predicados por los Oblatos de María Inmaculada, se convirtió decidida y entusiastamente, participando en adelante, de misiones populares, semanas bíblicas y comenzando a recibir con asiduidad los sacramentos. Al mismo tiempo se comprometió en el ámbito de las cooperativas rurales y, en 1968, entró a formar parte de la coordinación regional del ‘Movimiento Rural de la Acción Católica Argentina’ en la región de Cuyo. En 1972 participó en dos cursos de formación y profundización organizados por el mismo Movimiento en la ciudad de La Rioja; allí conoció a monseñor Angelelli a quien percibió como un pastor comprometido con los pobres y por eso, meses más tarde, se trasladó con su familia a Sañogasta en La Rioja, apoyado concretamente por monseñor Angelelli. En la Argentina de aquella época, este servicio a favor de la cooperación solidaria de los trabajadores, era sospechado y estigmatizado como subversivo, y por este motivo, particularmente después de le llegada de la dictadura militar, Wenceslao padeció varias amenazas juntamente con sus familiares. En la noche del 24 al 25 de julio de 1976, mientras se encontraba descansado en su casa, fue atacado por un grupo de hombres que lo acribilló delante de su esposa e hijas; gravemente herido, murió horas más tarde en el hospital de Chilecito, no sin antes perdonar a sus asesinos y pedir a su familia que no odiara”.
Nota y foto: ANSL.