Apostillas de la Asamblea Legislativa
Alberto Rodríguez Saá abrió el período ordinario de sesiones con un discurso asentado en la realidad. Con un tono manso y contenedor dio cuenta de su gestión y realizó anuncios en trabajo, salud, seguridad y educación.
Con muchos jóvenes acompañándolo, Alberto Rodríguez Saá, encabezó el acto institucional más importante del año. Es que en la Asamblea Legislativa, que da inicio a las sesiones ordinarias, los primeros mandatarios dan cuenta de su gestión y anuncian su plan del año. Se espera que allí se encuentren los representantes de los tres poderes del Estado y las principales figuras del distrito del que se trate. Es muy poco frecuente que cuando se trata de una provincia no estén presentes los legisladores nacionales.
El del gobernador puntano, fue un discurso en tono manso y sin estridencias. No tuvo un final, de voz alta y con arengas. Quienes temieron y hasta esperaron agresiones, fueron defraudados. No existieron referencias personales. Es más, dejó palabras conciliadoras: “Es cierto, a veces el viaje nos separa. Nos engaña con algunos desencuentros. Pero siempre nos volvemos a reencontrar. Porque en esencia, todos tenemos un mismo sueño. Un sueño que compartimos más allá de las diferencias. Todos tenemos una pasión y un amor enorme por esta provincia de San Luis”, expresó.
No vaciló en hablar de la dura realidad que atraviesa la Argentina: “Nuestra vida diaria se debate entre un paupérrimo Producto Bruto Interno, una inflación galopante, una deuda pública escandalosa, un dólar indomable, altísimas tasas de interés, exportaciones agrícolas que solo son tenidas en cuenta como tabla de salvación y el Fondo Monetario Internacional trazando las coordenadas de un futuro cada vez más incierto”, dijo.
Pero llevó tranquilidad y esperanza a los puntanos: “La racionalidad administrativa y el adecuado manejo de las finanzas, puso y pone a nuestra provincia a resguardo de cualquier turbulencia”. Confirmó el rumbo de sus políticas en materia económica: “Se enfocan en movilizar la economía provincial, dinamizando el consumo y neutralizando los efectos de la crisis”.
Los jóvenes que lo acompañaron no se fueron defraudados, pues además de una medida concreta como es el anuncio de un plan de trabajo para ellos con reducción de impuestos provinciales a quienes los contraten, les dejó estas palabras: “Dejemos de mencionarlos como que son el futuro. Ellos son el presente. El hoy, asumamos la realidad y permitamos que tomen las riendas y nos lleven al futuro. No tengamos miedo. Actuemos sin egoísmos. Ellos van a saber cuidarnos a nosotros”.
Consultados después del discurso, varios se mostraron esperanzados, quizá porque como dijo Alberto Rodríguez Saá: “No es la primera vez que atravesamos una tormenta. Tampoco es la primera vez que logramos sortearla. Para nosotros este viaje no es nuevo. Ya otras veces hemos enfrentado situaciones como estas. Y si logramos sobreponernos, es porque estamos juntos. Como se espera de un pueblo que sabe de adversidades y que logra superarlas con el esfuerzo de todos.”