Impuesto a la inteligencia


¿Será solo que lo urgente demora lo importante o que el modelo de país exportador de materia prima le pone trabas al futuro?

Las tecnologías han ido modificando sustancialmente, revolucionando, la economía humana. Las agrarias, luego las industriales, hoy las de recopilación y procesamiento de datos, de automatización, de inteligencia artificial. Alvin Toffler propuso que el poder tenía tres vectores, fuerza, dinero y conocimiento, y que transitábamos un tiempo en que predominaba este último.

El Gobierno nacional ha decidido que 2019 sea el año de la exportación, así lo dispone por Decreto 1177/2018 publicado en el Boletín Oficial del 2 de enero, primer día hábil de año.

En el mismo ejemplar, se publica el Decreto 1201/2018, que considera que atento “la actual coyuntura económica resulta necesario adoptar medidas que permitan, entre otros objetivos, atender las necesidades de las finanzas públicas”, el presidente de la Nación Argentina, decreta fijar hasta el 31 de diciembre de 2020 un “derecho de exportación del DOCE POR CIENTO (12%) a la exportación de la prestación de servicios”. Aclara luego que este porcentual no podrá superar los cuatro pesos por dólar.

Es un impuesto a la exportación de conocimientos, a la exportación de inteligencia.

Argentina no es un país que este a la vanguardia de los mejores indicadores de bienestar, aunque ocupa los primeros lugares en Riesgo País, Inflación, Pobreza. Para incorporarnos al primer mundo, es preciso encontrar, facilitar y transitar atajos al futuro. El mero crecimiento (que no tenemos, es más, en 2018 nos achicamos) no basta para integrar el pelotón de los mejores, pues si todos aumentáramos el PBI al mismo ritmo los más grandes se alejarían cada vez más de nosotros.

En este nuevo mundo, algunos de los atajos son el software, el conocimiento, la inteligencia. Imponerles impuestos, si no llega a imposibilitarlos, cuanto menos los dificulta, los demora.

Paralelamente, acabamos de enterarnos que el vehículo más vendido en 2018 fue la camioneta Hilux, un vehículo de campo.

¿Qué modelo de país rige el pensamiento u orienta las políticas nacionales? ¿No es acaso el de productor y exportador de productos primarios? ¿No es similar al modelo que orientó los caminos y los trenes hacia el puerto, para exportar lanas y cueros, y luego importar pulóveres y zapatos?



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