LA FE MUEVE MONTAÑAS
Peregrinación de los devotos al Señor de la Quebrada
Con las primeras horas del anochecer, miles de fieles comenzaron la peregrinación hacia la Villa de la Quebrada, desafiando el clima, movidos por una devoción a quien atendió sus ruegos y plegarias, otorgándoles bendiciones.
La fe no sabe de horarios ni de inclemencias climáticas. Muchos creyentes desafiaron al frío este lunes con las primeras horas del anochecer para llegar a la Villa de la Quebrada a cumplir promesas, a renovar votos o simplemente a dar las gracias por las bendiciones recibidas.
Tal es el caso de Mónica que, bien abrigada, llegó a la altura de la Maternidad Provincial “Teresita Baigorria” y le dijo a ANSL: “Vamos a cumplirle al Señor de la Quebrada”, casi sin detener su marcha. Junto a ella, Justina asentía con la cabeza: “Está un poquito frío, pero caminando no se nota tanto”.
Desde el corte del tránsito en las intersecciones de la Autopista 25 de Mayo y Camino del Portezuelo, el flujo de promesantes se fue incrementando. En dicho puesto de control, el comisario Muñoz señalaba que “todo se estaba desarrollando con total normalidad”. En el lugar se encontraban afectados al operativo de seguridad personal de la Policía Caminera, la División Motorizada y el Cuerpo de Tránsito de la Policía de la Provincia.
“Con la fe vas adonde querés”, aseguraba Rodrigo, un joven estudiante que iba a pedirle al Cristo que lo ayudara con el colegio.
La noche se ponía cada vez más fría pero en La Aguadita del Portezuelo no molestaba la llovizna como sí lo hizo al inicio de la peregrinación, según relataban Javier y Miguel, dos amigos de la ciudad de San Luis que hace 30 años que van a la Villa: “Nunca vinimos a pedir nada en especial, siempre a agradecer por la salud, el trabajo. Estamos casi a mitad de camino, vamos muy bien”.
Ya en La Punta el paso de los fieles era más espaciado, pues hasta allí llegaban los más experimentados, los que más años tienen en esto de peregrinar movidos por la fe y que casi en soledad, lejos de las multitudes de la tradicional procesión, van acompañados de la paz interior que el Cristo de la Quebrada les provee.
“Con los años uno va cambiando los horarios por una cuestión de sentirse más cómodo y sabe calcular mejor los tiempos”, indicaba Orlando, que sólo se detuvo a tomar un café para no perder su ritmo.
Emilio salió a las 17:30 del sur de la ciudad capital y en un poco más de 3 horas estaba prácticamente a mitad de camino. “Hacía 3 años que no venía, debo una promesa”, confesó.
El comisario Juan José Salinas, de la Comisaría 28, desarrollaba tareas de prevención recorriendo con el móvil y contó: “A las 20:00 se produjo el corte total de tránsito para mayor tranquilidad de los peregrinos”. Además de las comisarías 28 y 37, en la rotonda al ingreso a la Ciudad de La Punta también prestaban colaboración los bomberos voluntarios de la zona.
La fiesta del Cristo de la Quebrada alcanza su máximo esplendor el 3 de mayo pero la fe no sabe de almanaques, las necesidades espirituales de muchos puntanos se manifestaron varios días antes.
Nota: Adolfo González.
Fotos: Marcelo Lacerda.
Video y edición: Martín Micali.