JÓVENES TALENTOS
Lucca Biaggio Furnari, una promesa del karting
Tiene 11 años y es un apasionado del deporte motor. Su ídolo es Petter Solberg. A pesar de su corta edad, ya cuenta con varios podios.
Empezó hace un año en el karting. Quiere hacer escuela en una divisional que es la formadora de talentos. Es perfil bajo. Amigo de sus amigos. Tiene como ídolo a Petter Solberg. Es Lucca Biaggio Furnari, el pequeño gigante del volante que con tan sólo 11 años ya tiene varios podios en el deporte motor.
Se enamoró de esta actividad porque le gusta manejar. Es un apasionado de los “fierros”. Sueña con correr en moto. Cursa el sexto grado de la “Normal Mixta”. Es hincha de Boca. Fanático de la milanesa a la napolitana.
Cuando sale del colegio y los deberes se lo permiten, se hace una escapadita al taller. Le gusta estar cerca del karting. Del ruido. Vivir de cerca esa sensación previa a las carreras. La tranquilidad más grande es que tiene el apoyo de la familia. Que están pendientes de él. Lo aconsejan y lo acompañan. Motivos suficientes para seguir metiéndole para adelante y perseguir ese hermoso sueño de ser piloto.
Está dando sus primeros pasos. Sabe que tiene mucho camino por recorrer. Dice que en la previa de cada competencia siente un cosquilleo, como mariposas en la panza, esa adrenalina de saber que está por subirse al karting para acelerar a fondo y buscar los puestos de privilegio.
Cuando está en la pista se concentra. Pone la mirada fija. Observa el horizonte. Mira de reojo a sus contrincantes. Pisa el acelerador y va en busca de la gloria. Sabe que en el deporte se gana y se pierde. Y que los fierros se pueden romper. No es solamente manejo, también hay un cierto porcentaje de suerte. Lucca es conocedor de esto. Lo más importante es que hace lo que ama. Lo que le apasiona. Se divierte. Si llega el podio la felicidad es doble, si no se da el resultado, le queda la seguridad de que entregó lo mejor de él.
No sólo las pistas de San Luis fueron testigos del buen manejo de este pequeño puntano. Fue protagonista en Sampacho y en Río Cuarto, entre otros escenarios. Siempre estuvo en la conversación, en los primeros lugares. A pesar de su corta experiencia asimila bien los conceptos que le marcan. Es un piloto que tiene mucho potencial.
Sueña con ser profesional. Cuando apoya la cabeza en la almohada, cierra los ojos y escucha de fondo el rugir de motores, que seguramente es música para sus oídos. Pero lo que lo desvela es cuando le bajan la bandera a cuadros. Levanta los brazos y ve a su familia con lágrimas en los ojos corriendo hacia a él para fundirse en un abrazo. Eso no tiene precio. Son caricias al alma. Mimos al corazón.
Lucca Biaggio Furnari, ese nene que abrazó este deporte hace una temporada, es protagonista en los campeonatos. Pero más allá de que los números lo avalan, lo más importante es que se sienta feliz. Los resultados llegan solos. Hoy es tiempo de disfrutar, de sonreír, de aprender, de compartir. Y ese sueño que tiene cuando se acuesta, pronto va a llegar. Es sólo cuestión de perseguirlo.
Nota y fotos: Daniel Valdés.