LANZAMIENTO DE BALA
Selene Moreno, con la fuerza del corazón
Con tan sólo 16 años, fue medalla de oro en los Binacionales y bronce en los Juegos Evita. Tiene una gran proyección.
El amor por el atletismo empezó en los Intercolegiales. No estaba muy decidida sobre qué deporte hacer, hasta que la profe Daniela apareció en su vida y la acercó al deporte madre. No fue en las pruebas de pista, sino en las de campo. El lanzamiento de bala la vio brillar en el colegio. Le vieron pasta y tuvieron ojo clínico para darse cuenta que esa nena tenía condiciones. Después siguió con el profesor Quiroga, conocido por todos como “Foquito”. El la siguió entrenando, pulió algunos detalles, mejoró su técnica y le inculcó la pasión por esta disciplina.
Selene siempre fue una niña dócil. Asimila muy rápido la enseñanza, entrena duro y es responsable. Así comenzó a transitar sus primeros pasos, hasta que tuvo que sortear su primera gran prueba de fuego: los Juegos Binacionales. Hasta Córdoba viajó la ilusión de esta villamercedina que cursa el quinto año en la Escuela de La Ribera. Había rivales de fuste, de jerarquía y de mucha experiencia. Selene sabía que no iba a ser una empresa fácil, pero confiaba en sus condiciones.
Su papá, Marcos, hace ciclismo de montaña. Sabe lo que es competir, así que antes de viajar le dio algunos consejos. Principalmente, que disfrute, que se divierta, que sea feliz. De eso se trata. De vivir con una sonrisa cada día. Si ella era capaz de disfrutar cada momento, iba a soltar la mano para tirar la bala bien lejos. Esas caricias al alma de papá y de toda la familia fueron el combustible que le dieron más fuerza. Cuando le dijeron que era medalla de oro, miles de imágenes pasaron por su cabeza. Se le llenaron los ojos de lágrima. Se acordó de la familia, de su gente, de la profe Daniela y del “Foquito” Quiroga. Se puso de rodillas y lloró. Pensaba que iba a ser su única emoción deportiva de la temporada pero se equivocó.
Una semana más tarde, en Mar del Plata, los Juegos Evita le sacaron otra sonrisa. Fue bronce. Allí, la competencia fue más dura. Eran 24 deportistas de toda la Argentina, pero Selene no se achicó, al contrario, sacó más fuerzas y la bala pasó los 12 metros. El tercer escalón del podio no se lo sacó nadie. Los fotógrafos reflejaron las imágenes de esta piba, que en una semana consiguió dos medallas para San Luis.
Los 10,54 metros de Córdoba (bala de 3 kilos) y los 12,90 de Mar del Plata (bala de 4 kilos) fueron marcas récords para la villamercedina. Nunca había podido alcanzar estas distancias en una competencia, sí en los entrenamientos. Tiró con la fuerza del corazón, por eso hizo dos podios. Una provincia, a la distancia, hizo fuerza con ella. Así lo sintió y así fue.
En su casa atesora las dos preseas. Las mira todo el tiempo. Ella, su familia y su entrenador saben todo lo que le costó. Cuando empezó en el atletismo siempre soñó con esto, pero nunca se imaginó que las alegrías llegarían tan rápido.