CICLISMO EN PISTA
Tomás Suárez, el puntano que le dio una medalla de plata a la Argentina
Obtuvo la presea en la categoría velocidad olímpica en el Panamericano que se disputa en México.
En el comienzo de la competencia que dio inicio el 31 de julio, la Selección Argentina de Velocidad por Equipos -formada por Suárez, Lucas Vilar y Nicolás Beltzer- obtuvo la medalla de plata tras perder en la final con Colombia.
Es el premio al esfuerzo de este puntano, que comenzó con el ciclismo a los 6 años. Hoy tiene 18 y participa en el Panamericano que se corre en Aguascalientes, México, en la categoría junior. Tiene como referente a Mauricio Quiroga, otro sanluiseño que brilla en los distintos velódromos.
El amor por la bicicleta viene de familia. Su papá, Marcelo, también fue ciclista. Pero el que lo inició en esta actividad fue su abuelo Roque. Cursaba primer grado cuando se animó al desafío, pero un golpe que le causó algunos rasguños en la cara lo asustó. Pasaron dos años y probó de nuevo. Compitió en un circuito frente al hipódromo, en una bici que le armó su abuelo, y ganó. Desde entonces no dejó este deporte. Vinieron distintas carreras. Buenos resultados. Los premios fueron una inyección de ánimo y ese entusiasmo fue creciendo. Le vieron pasta. Condiciones. Los entrenamientos se hicieron más constantes y el esfuerzo comenzó a redituarle con podios. Un día, su abuelo le dijo que tenía que decidirse: la pista o la ruta, le dijo. Tomás no dudó un instante: “La pista”, contestó. “La adrenalina que tiene el velódromo no la tienen las carreras de largo aliento”, dijo este pibe que recién sale del secundario, pero que hace doce años que corre en bicicleta. Es dueño de siete títulos argentinos: 6 en pista y uno en ruta. Tuvo una experiencia mundialista. El año pasado fue noveno entre 42 participantes en la velocidad olímpica. Suiza fue testigo de la jerarquía de este puntano, que además del Panamericano, más adelante tiene el desafío de competir en su segundo Mundial, esta vez en Italia.
Aunque es tranquilo para hablar, arriba de la bici se transforma. Ese es su hábitat natural. Con su fiel compañera se entienden a la perfección. Son 12 años juntos. Innumerables campeonatos. Buenas y malas. Se cayeron y se levantaron juntos. Tomás y la bicicleta hacen un combo ideal. Se conocen de memoria.
Además de talento y el apoyo de la familia, cuenta con un entrenador de lujo: Leandro Botasso, el mejor velocista que tiene Argentina, es quien marca los pasos del “Tomi” -como le dicen en el barrio-. Es apegado al trabajo. Entrena tres horas diarias. Lunes, miércoles, viernes y sábado hace pista. Martes y jueves, ruta. Su coach le manda el programa semanal y él lo sigue al pie de la letra. Quiere llegar, y sabe que para dar el gran salto de calidad, debe trabajar duro. Mientras los chicos de su edad salen y hacen cosas propias de la juventud, Tomás deja de lado todo eso para sumar horas de entrenamientos y llegar de la mejor manera a las distintas citas nacionales o internacionales.
Tiene un sueño. Quiere irse a Suiza, al centro que tiene la Unión Ciclista Internacional, para potenciarse más. Por el momento es un anhelo lejano, pero si a los sueños se los persigue, se los puede alcanzar. Este es su último año en junior. En 2018 pasará a ser sub 23, y el salto de categoría se va a sentir, correrá con rivales hasta cuatro años mayor, pero él lo tiene claro. “En 2018 quiero dedicarme a la ruta y a las pruebas de fondo en el velódromo”, dice.