Beatificarán a Madre Catalina, fundadora del Instituto “San Luis Gonzaga”
El papa Francisco aprobó el pasado 4 de mayo el milagro que convierte en beata a la cordobesa Josefa Saturnina Rodríguez, más conocida como Madre Catalina de María. La ceremonia será en Córdoba y la fecha aún no está confirmada.
En julio del año pasado la Junta Médica Vaticana ya había aprobado el milagro que convertiría a Madre Catalina, fundadora también de la congregación de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, es la novena beata argentina.
Este milagro ocurrió en Tucumán y es el de una mujer que “recobró la vida” tras haber sido declarada muerta por los médicos.
Se la invoca principalmente en casos de dificultades para tener hijos pero también con enfermedades concretas en donde se ha apreciado su poder de mediación ante Dios.
“Para nosotros es una gracia grande recibir esta noticia. Madre Catalina se convierte así en alguien que podrá interceder por nosotros en momentos difíciles, una referente que nos alienta a transgredir, como ella lo hizo, al trabajar tan duro y enfrentarse a tanto para fundar las Hermanas Esclavas y los institutos educativos en una época muy difícil, sobre todo para las mujeres”, señaló la representante legal del Instituto “San Luis Gonzaga” de la ciudad de San Luis, Beatriz Saad.
Acerca de Madre Catalina
“Vivió 48 años como laica y sólo 24 como religiosa”, dijo la hermana Silvia Somaré sobre la vida de esta mujer tan especial. En su vida laica, Josefa Saturnina Rodríguez se casó, dio a luz una hija, aunque nació muerta, enviudó, cuidó a los hijos de su marido y fundó una congregación, la primera de mujeres no orientada a la vida contemplativa. “Quería ser como los jesuitas, pero en mujer”, sintetizó la hermana Silvia en el libro que plasma la obra de Madre Catalina, “La historia en manos de transgresoras”.
La obra de Madre Catalina, entrañable amiga de otro gran religioso, San Cura Brochero, ha llegado muy lejos. Actualmente las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Argentina) tienen actividades y misiones en Argentina, Chile, España y Benín, en África. Trabajan con menores en riesgo en los hogares que existen en los pueblos originarios, con los wichis y en la Isla de Pascua con los Rapa Nui, además de las distintas etnias africanas. También en colegios y casas de Ejercicios Espirituales.