EFEMÉRIDES DEPORTIVAS
Leónidas: el goleador descalzo
Leónidas Da Silva falleció el 24 de enero de 2004. Es considerado el primer crack brasileño que deslumbró a nivel internacional. Pasó a la historia por marcar un gol descalzo en el mundial de Francia de 1938.
Este atacante nació en Río de Janeiro el 6 de septiembre de 1913. Comenzó a sobresalir rápidamente por su plasticidad que, a la larga, le llevaría a ganarse el nombre de “hombre goma”, y a los 16 años ya era jugador profesional por el Sao Cristóvao.
Tras un corto paso por el Sírio e Libanés entre 1929 y 1930, llegaría al Bonsucesso, antes de emigrar al fútbol uruguayo, donde se destacaría notablemente. Sin embargo, extrañaba su patria y el Mundial de 1934 en Italia estaba cerca, motivo por el cual decidió fichar por el Vasco da Gama, de su ciudad.
Con la participación brasileña en la Copa Mundial de ese año se pensaba en la explosión de Leónidas, pero sus compañeros no estuvieron a la altura y Brasil quedó eliminado en la primera ronda de la competición, aunque el delantero se dio el gusto de anotar el único gol de su combinado en la misma, ante España en Génova.
Entre 1935 y 1936 jugaría para el Botafogo, y para ese entonces había patentado una técnica que lo haría famoso: la conocida “chilena”, consistente en elevarse en el aire, golpeando el balón hacia la portería de espaldas a la misma, con el pie por encima de la altura de la cabeza; aunque algunos consideran que en realidad sólo perfeccionó una jugada creada por un antecesor: Pretonilho de Brito.
Francia 1938, el gol anulado y el que lo convirtió en leyenda
En los octavos de final de aquel campeonato se enfrentaron Brasil y Polonia, concretamente el 5 de junio de 1938 en el estadio de La Meinau, de Estrasburgo. El encuentro fue muy emocionante y el partido se decidió a favor de Brasil en la prórroga por 6 goles a 5.
Leónidas da Silva anotó cuatro goles (aunque la FIFA le otorgó sólo tres). Hizo un gol de “chilena” durante el transcurso del mismo, pero increíblemente el árbitro lo anuló porque desconocía esa forma de golpear el balón.
Sin embargo, fue el tercer gol anotado por Leónidas el que generó la leyenda del goleador descalzo. Aquel día diluvió en Estrasburgo y el campo se convirtió en un barrizal. En el tiempo extra, con toda la tensión de una eliminatoria del Mundial, a Leónidas se le rompió el botín derecho. Corrió a la banda para buscar una solución al problema. El utillero trataba de remendarlo de cualquier forma pero no lo conseguía, y el tiempo corría demasiado deprisa. Con todo lo que había en juego, un jugador de la talla del “diamante negro” no podía permitirse esa pérdida de tiempo, así que se descalzó también el botín izquierdo y saltó al campo descalzo.
Y fue así que descalzo, igual a cuando empezó a jugar al fútbol en las favelas de Río de Janeiro, marcó un importante gol. El campo era un lodazal tan grande que nadie se percató de que Leónidas había marcado aquél gol descalzo, algo que el juez no pudo percibir ya que el barro había ensuciado las medias del futbolista.
Cuenta la historia que Ademar Pimenta, entrenador del combinado brasileño, decidió reservar a Leónidas para la final del campeonato, seguro de que su equipo podría vencer sin dificultades a Italia. Sin embargo, la dependencia que el equipo tenía del “diamante negro” era más fuerte de lo que se creía y los europeos se impusieron 2 a 1.
Esa fue sin dudas la gran frustración de Leónidas en su carrera, aunque, en la competencia, tuvo oportunidad de dejar su sello. Por ejemplo, por ser el goleador del Mundial, con siete anotaciones.
Jugó en el Flamengo seis años hasta 1942 y con una fama ya ganada, especialmente en su país, Leónidas sería transferido al San Pablo, a cuya llegada lo esperaban más de diez mil espectadores; y donde vivió la parte más gloriosa de su carrera. Allí obtuvo los campeonatos locales de 1943, 1945, 1946, 1948 y 1949, siendo uno de los máximos ídolos de la historia del club, donde se retiró al año siguiente a su último título, con 37 años.
Fotos: Web.
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