Free jazz y libre improvisación en el Salón Blanco
Roi Maciaz se presentará este jueves a las 17:00 con entrada libre y gratuita.
A veces definir es encasillar, y la libre improvisación reniega de las suturas. Responde a la entropía, es decir, a la idea de que hay un orden aún en medio del desorden. Es similar a la escritura automática que impulsaron los surrealistas para liberar al inconsciente. Después de escuchar esos efervescentes y ametralladores tonos uno advierte las múltiples posibilidades que tiene el sonido. Es que la libre improvisación, acaso la apuesta más experimental del jazz, apunta también a jugar con cada instrumento, hasta incluso con el ruido.
Roi Maciaz, de 46 años, la tiene más clara: “Esta música es como ver un cuadro de Pollock”.
Maciaz entró en contacto con las melodías desde pequeño por su hermana, que era profesora de piano. Estudió en un conservatorio pero dice que era bastante rebelde. Luego, durante la juventud, influido por Creedence Clearwater Revival, formó diversas bandas de rock, hasta que Ornette Coleman, el trompetista Don Cherry y Thelonious Monk, su gurú musical, lo empujaron a dar el salto. “La libre improvisación es como una alfombra mágica que te acerca a esos confines de la música contemporánea”, explicó durante la tarde en la sala de ensayo que tiene en su casa. “Acercarme a los vientos me abrió las puertas del free jazz”, indicó.
El artista ha grabado con el británico George Haslam y también en Buenos Aires. Tiene dos sellos propios: “Perro power” y “Sé tú mismo”, con los que grabó alrededor de 16 discos, entre dúos, tríos, cuartetos, con piano o saxo solo. “Todas las formas donde se pueda llevar a cabo la libre improvisación bienvenidas sean”, expresó el músico que ahora proyecta interpretar a Monk de una forma más extremista y grabar con un trío pero con él en piano, su primera pasión.
Mientras la claridad se filtra en el estudio rodeado de cuadros propios y trinos, Roi abandona el saxo barítono de cien años e improvisa con sentido del humor. “Tiene que estar el ruido y el sonido agradable en la música, en todo caso el ruido es un sonido enojado”, explica sonriente. “Muchos creen que el jazz empezó con Armostrong y terminó con Ellington como muy loco, y todo lo que vino después es subversión”, ironiza.
La apuesta de la libre improvisación es radical pero Maciaz no se siente a la vanguardia; prefiere citar una frase de Edgar Varese que lo marcó: “La vanguardia no existe, sólo hay gente atrasada”. “Cuando alguien dice ´ese tipo está adelantado a su tiempo´ no es así, es que los otros vienen más atrás”, agregó. “Vos podés ser con esta música irreverente, entre comillas, hasta los 145 años, en cambio haciendo punk, hasta los 18”, apunta.
Maciaz cree en la liberación que provoca el arte. “Todos queremos ser libres pero la libertad mete miedo. Tiene que haber un impulso natural de decir ‘estoy podrido de escuchar siempre lo mismo, a ver qué hay por acá’. No te puedo vender lo mío porque libero sonidos”, subraya.
Esta tarde lluviosa Roi estará acompañado por Willie Rojovich, en guitarra; “Feco” González, en batería; y Daniel Ojeda, en teclados. La propuesta irá de menor a mayor, primero con un solo instrumento sobre el escenario hasta que el cuarteto cerrará explosivamente con dos temas.
“Este tipo de música es más importante que los músicos, el personaje acá es el sonido, uno es una herramienta más, no es como en otras músicas que tiene que haber una imagen antes. Acá lo abstracto es lo importante. El que no está acostumbrado es porque la mayoría de la gente escucha música sin cerrar los ojos”, aseguró Maciaz.
Imágenes y edición: Maximiliano Bravo de Laguna.
Corrección: Alejandro Andrada.