MEDICAMENTOS E INSUMOS
El depósito de la ZAL, con stock para hacer frente a cualquier necesidad
En los meses de marzo y abril se ejecutó el 100% del presupuesto que se tenía para el año 2016 con distintos tipos de licitaciones para cubrir todos los baches con los que se topó la gestión de Riera. El acompañamiento del Ministerio de Hacienda fue fundamental para habilitar partidas presupuestarias para ya prever los insumos del primer semestre de 2017 que se ejecutarán a fin del corriente año.
El Programa Medicamentos e Insumos Médicos se encarga de la adquisición de insumos hospitalarios y medicamentos para el abastecimiento de los distintos centros de salud y hospitales de la provincia.
Pero su incumbencia no termina en comprar y repartir remedios: hay toda una logística y una política de gestión que va desde la actualización del vademécum según los nuevos protocolos de atención médica hasta la previsión y control de stock que involucra a varios eslabones de una cadena que el jefe de Programa, Pablo Quinteros, explicó:
“Hay un sistema informático en los 40 hospitales que tienen farmacéutico a cargo de la farmacia, responsables de armar los pedidos de faltantes en tiempo y forma. Este sistema de logística lo proveyó la empresa Andreani quien en su oportunidad acordó con el Ministerio de Salud, la distribución, el control de stock, generación de pedidos y seguimiento de entrega. El control de recepción y almacenamiento de los medicamentos y productos médicos se llevan a cabo en un depósito ubicado en la Zona de Actividades Logísticas, en la ciudad de Villa Mercedes”.
Pero este sistema sólo funcionaba en el Hospital San Luis, en el de Juana Koslay, Cerro de la Cruz y la Maternidad Provincial “Teresita Baigorria”, el resto de los hospitales, de día y del interior, incluso el PRJDP no lo tenían implementado.
“Hoy todos los establecimientos con farmacéuticos tienen el sistema en funcionamiento y eso se realizó durante esta gestión”, señaló Quinteros, quien agregó: “No es el único problema con que nos topamos, la falta de insumos y medicamentos era importante porque había un error en la concepción de las licitaciones para realizar las compras”.
La compra se hacía por licitaciones anuales para cubrir todo el espectro, es decir se hacía una compra por año, según Pablo Quinteros “es un error porque por lo menos se deben hacer dos por año para ajustar mejor la estadística de consumo”.
“El criterio con la cual se hacen las licitaciones son siempre basadas en lo que dice la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el consumo y esto puede variar mucho de una año a otro, pero en seis meses se ajusta mejor la cantidad de medicamentos que se van a necesitar”, sostuvo.
Comprar a futuro sin tener en cuenta las variables sanitarias puede ser grave: las patologías son difíciles de prever a un año, generando faltantes en algunos ítems y sobrantes en otros.
“Con el sistema que manejamos hoy en droguería podemos sacar los datos de consumo de los últimos seis meses, año, año y medio, hasta dos años, no sabemos si antes lo hacían o no. No tenemos registros”, indicó el farmacéutico.
La activación de los mecanismos administrativos correspondientes para cubrir las necesidades en los hospitales se hizo rápidamente cuando el ministro Riera tomó conocimiento de la situación.
“No había una provisión continua de los medicamentos que normalmente se solicitan. Los faltantes se producen a veces por la misma industria o porque no se los gestiona en tiempo y forma”, expresó Quinteros.
Los problemas de aprovisionamiento que son de la industria escapa a cualquier sistema sanitario pero se tienen que buscar dentro de la industria algún paliativo.
“Con la producción de Laboratorios Puntanos los hospitales se aseguran la provisión diaria porque son medicamentos que tienen una altísima rotación en lo que significa enfermedades crónicas no transmisibles y el convenio firmado nos da la continuidad necesaria”, puntualizó el jefe de Programa.
Hay que diferenciar faltante de medicamentos con falta de provisión y en este punto Quinteros fue claro: “Hay 1400 ítems dentro del vademécum que maneja el Ministerio de Salud y si falta alguno hay que entender que la compra se hizo seis meses atrás con una estimación determinada de tal o cual producto. Su reposición se hace con la celeridad necesaria sin esperar una nueva licitación”.
El depósito en la ZAL está lleno de insumos y medicamentos; entonces, Quinteros aclaró cómo siguen los eslabones de la cadena de provisión:
“La vía de comunicación con los distintos hospitales es diaria. De aquellos centros de salud que tienen el sistema informático instalado se tiene el conocimiento detallado porque es un sistema online que se puede ver a través del teléfono celular pero muchas veces nuestra tarea se ve desdibujada por el último eslabón de la cadena”.
Pablo Quinteros se refirió a los lugares de la provincia que no tienen el sistema informático instalado (CAPS, centros de salud, salas de primeros auxilios, etc.) y cuya información de requerimientos depende de los jefes o directores o de quienes ellos designen a cargo del control de los medicamentos donde no hay farmacéuticos porque la estructura del lugar no lo amerita.
“Nosotros superamos en San Luis la media nacional de farmacéuticos dentro del sistema sanitario en esa relación entre habitantes y establecimientos: es de 5 y nosotros tenemos 10 farmacéuticos, teniendo en cuenta que pueden haber por establecimiento uno o dos, según necesidad. Ése no es el problema. En los parajes que son visitados por médicos, ellos deben hacer el relevamiento de los faltantes y pasárselos al responsable del hospital o centro de salud de influencia para realizar el correspondiente pedido. Si no cuenta con el sistema informático, el pedido se efectúa vía email”.
Nota y fotos: Prensa Ministerio de Salud.
Corrección: Mariano Pennisi.