CONSERVACIÓN DEL CÓNDOR ANDINO
“Destacamos el profesionalismo y la pasión con la que trabajan en San Luis”
Ésas fueron las palabras del presidente de la Fundación Bioandina Argentina, Luis Jácome, en relación al trabajo que la provincia lleva adelante para la conservación del cóndor andino en suelo puntano. En una reunión con el ministro de Medio Ambiente, Campo y Producción, Cristian Moleker, se dialogó sobre diferentes proyectos que buscan continuar fortaleciendo el vínculo entre ambas entidades. Entre ellos, se destacan la creación de un área de primeros auxilios en el Centro de Conservación de Vida Silvestre La Florida, la realización de estudios poblacionales de condoreras y nidos, y la declaración de nuevas áreas protegidas.
La liberación del cóndor andino “Sumaj Quilla”, el pasado 15 de abril en San Francisco del Monte de Oro, quedó registrada como un hecho trascendental en la vida natural sanluiseña. Después de un año en rehabilitación en Buenos Aires, a cargo de la Fundación Bioandina Argentina, Sumaj recuperó su libertad y volvió a su hábitat natural.
Este hecho pudo concretarse gracias al trabajo conjunto y, de muchos años, que llevan adelante la fundación, a través del Programa Conservación Cóndor Andino (PCCA), y el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción de San Luis, quienes demuestran su compromiso con la conservación y el cuidado de esta especie en todo el territorio provincial.
En este marco, el titular de la cartera medioambiental Cristian Moleker, junto a personal del Programa Biodiversidad, recibió este viernes en las dependencias ministeriales al presidente de la Fundación Bioandina Argentina, Luis Jácome, en busca de seguir afianzando los lazos entre ambos organismos.
“A partir del PCCA hemos hecho un trabajo muy exitoso. Pudimos rescatar más de 11 cóndores en la provincia y concretar varias liberaciones. Además, realizamos estudios satelitales, donde pudimos ver el movimiento de estos animales y sus dormideros, entre otros aspectos”, remarcó Jácome.
El presidente de la Fundación elogió el trabajo impulsado en la provincia: “Destacamos el profesionalismo y la pasión con la que trabajan en San Luis. Que el cóndor sea rescatado y pueda volver a su hábitat natural, es porque la gente actuó como tenía que actuar, poniendo todo lo que haga falta. Ahí es donde se ve el compromiso”.
Una reunión con muchos títulos
Entre los temas abordados durante el encuentro con Moleker, el responsable de la Fundación Bioandina contó que se planteó la idea de incorporar un área de primeros auxilios para el cóndor en el Centro de Conservación de Vida Silvestre La Florida. “Es un centro muy importante en manejo de rescate y rehabilitación de fauna. Sería interesante sumar este espacio para atender y poder rehabilitar a los cóndores. Hay un interés político muy fuerte para fortalecer estas áreas de conservación”, subrayó.
Otro de los puntos desarrollados fue la posibilidad de realizar estudios poblacionales de condoreras y nidos, y la declaración de nuevas áreas protegidas en San Luis. “Además estamos avanzando en la declaración de monumento natural y especies protegidas para la provincia”, agregó Jácome.
También se refirió a la posibilidad de que San Luis se convierta en un polo de conservación de la especie. “Muchos cóndores son recuperados, pero por lesiones u otros problemas no pueden ser liberados. “Dentro de lo que es La Florida, pensamos en destinar áreas para que esos animales puedan formar parejas reproductivas y, a partir de sus hijos, liberarlos en zonas donde la especie se extinguió, por ejemplo, en la Costa Atlántica o países como Venezuela, Colombia, Ecuador, donde la especie está extinta”, adelantó.
El recuerdo de “Sumaj Quilla”
Sobre la liberación del cóndor andino “Sumaj Quilla”, en San Francisco del Monte de Oro, el pasado 15 de abril, Jácome reflexionó: “Fue en un lugar único. Son experiencias prácticas, donde la gente llega y tiene el contacto personal con el cóndor. Al desplegar sus alas, ni bien sale de esa ‘cajita’, en ese entorno, la gente queda admirada”.
A modo de cierre, se refirió al rol que ocupa cada uno de los que trabajan en la conservación de esta especie. “Cada uno de los partícipes de este proyecto es como una plumita de cóndor. Cada quien con su color. Hay blancas, negras. Grandes, chiquitas. Fuertes, débiles. Pero si cada uno ocupa el lugar que le corresponde, el cóndor abre ese plumaje enorme y se echa a volar. Y cuando vuela, como Sumaj, todos sentimos que volamos con él. Ésa es la forma de hacerlo”.
Nota y foto: Prensa Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción