CICLO CULTURAL
Algarroba.com estrena canciones en el Salón Blanco
Con nueve integrantes, vientos y cinco discos editados, la banda festeja quince años de original estilo cuyano. Durante la prueba de sonido, el grupo compartió además anécdotas de sus comienzos. La presentación es este jueves a las 17:00.
Con el ruedo y la apuesta musical, Algarroba.com pasó de siete a nueve integrantes. Actualmente la banda está formada por Julio Zalazar, Hernán Tarasconi, Jorge Paredes, Guillermo Anzulovich, David Cipriani, Marcelo Herrera, Sebastián Suárez, Sergio Ochoa y Martín Barros.
La decisión surgió porque a partir del cuarto disco “Corazón Cuyano”, publicado en 2012, sumaron vientos: trompeta, saxo y trombón.
Fundada en 2001, la agrupación cuyana festeja ahora sus quince años y presentará canciones nuevas hoy por la tarde en el Ciclo Cultural.
“Tuvimos la suerte de participar en cuatro oportunidades del festival mayor del folklore en Cosquín pero también estuvimos yendo allá a las peñas desde que empezamos y tuvimos nuestra propia peña durante tres años”, contó “el Polaco” Tarasconi.
“El formato de la instrumentación y los arreglos musicales quizás hayan hecho diferencia en cómo se conocía la música cuyana y en eso puede ser que hayamos sido un poco vanguardistas o precursores”, explicó.
Algarroba editó tres discos en forma independiente y los dos últimos bajo el sello Calle Angosta Discos. “De mis pagos” se publicó el año pasado y está en internet.
“El repertorio para este jueves es un compendio de los dos últimos discos, con tres o cuatro temas nuevos que todavía no hemos grabado”, indicó el guitarrista. “Hemos visto a todos los artistas que pasaron por el Salón y nos daban muchas ganas de tocar. Está buenísima la idea de que sea a la tarde”, opinó.
“El Polaco” también adelantó que la agrupación puntana se presentará en Nueva York, para el Festival de la Tonada, en octubre.
Por su parte, el cantante Julio Zalazar dijo: “Siempre que hay un escenario significa que hay un lugar para la expresión cultural y más este escenario (Salón Blanco), por el lugar significativo. Lo considero un lugar para la sana revolución, cultural, sin armas. Podemos tener un espacio más para la expresión y la resistencia. Expresar lo que uno siente y mostrar lo nuevo. Hemos elegido dos canciones nuevas de poetas puntanos para tocarlas aquí”.
Anoche, a la prueba de sonido en el Salón Blanco asistió el hijo del guitarrista sanjuanino, Ernesto Villavicencio. Julio se fundió en un abrazo con Ernesto y calificó a su padre como un estandarte del folclore cuyano.
“No es fácil revalorizar nuestra música ante el bombardeo constante de los medios nacionales. En los premios Gardel no hay espacio para el folclore. Los espacios que hay los hemos ganado entre todos”, reflexionó luego.
“Dentro de toda la innovación que hacemos tratamos de no desvirtuar sino de estar en contacto con los poetas y compositores”, agregó.
“El Polaco” duda que la cuyanía esté regresando a su época dorada. “Con nuestro estilo hemos logrado ese espacio que debería estar si hablamos de la música federal. Pero para que la música cuyana adquiera el auge que tuvo hace algunos años no alcanza con una propuesta hay que armar un especie de legión”, expresó.
Para el cantante la cuestión también pasa por cada artista. “La música de Cuyo necesita docencia en el escenario. Si el artista sube e interpreta una canción detrás de otra me parece que cometemos un error. A nosotros nos ha caracterizado explicar el autor, el compositor, el origen de tal tema. Y los chicos se enganchan. Nos pasa que tenemos como público a niños y ese es nuestro mayor premio”, detalló.
Asimismo, para reelaborar canciones de hace cincuenta o sesenta décadas atrás los integrantes hacen revisionismo. “Soy fanático de la historia de San Luis”, señaló.
Anécdotas
Julio contó que durante los comienzos junto a “el Polaco” los invitaron para tocar en la casa del ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá. Pero, a bordo de un Peugeot 504, en mitad de camino, por la Quebrada de los Cóndores, un policía les impidió el paso porque se realizaba una competencia ciclística en la zona y tuvieron que esperar por más de una hora. Cuando Julio comparte lo que les dijo aquel oficial se le escapa una inmensa sonrisa: “Si ustedes van a tocar a lo del Adolfo, yo mañana almuerzo con Mirtha Legrand”.
El cantante además es profesor de Ciencias Sociales, licenciado en folclore y estuvo tres años como director de la escuela en el pueblo Ranquel. El nombre de la banda tiene un origen gracioso. Zalazar daba clases en el paraje La Totora, en Las Chacras, departamento San Martín. Por entonces, a principio del 2000, recién se implementaba internet en el lugar. El maestro era el encargado de generar los correos electrónicos de sus alumnos e indicarles las contraseñas a sus padres o tutores. Hasta que un día, Julio contó que tuvo una avalancha de reclamos. “Caían las viejitas a la escuela indignadas diciendo cómo nos va a pedir algarroba en mayo m´hijo, usted está loco eso es en diciembre o en enero, m´hijo. Arrope podemos llegar a tener”, reveló sonriente. “Se armaba un terrible teléfono descompuesto por el arroba del mail. Y de ahí surgió el nombre”, recordó sus raíces, Julio.
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Nota: Matías Gómez.
Imágenes y edición: Maximiliano Bravo de Laguna / Web.
Corrección: Berenice Tello.
