CIUDAD DE SAN LUIS
Una mañana en el museo
La casa del exgobernador Arancibia Rodríguez atesora reliquias como la cámara fotográfica de José La Vía, el vestido matrimonial de Dora Ochoa de Masramón, el gramófono de Antonio Esteban Agüero, y un ancho estandarte realista capturado por San Martín.
Cuesta acostumbrar los sentidos a contemplar ante el trajín urbano. En el Museo “Dora Ochoa de Masramón”, ubicado en pleno centro puntano, los 17 empleados atienden a sutilezas para que 3500 piezas cuenten su historia o inspiren. Es un paseo por el tiempo pero sin garantías de que las voces ancestrales, luego de la visita, permanezcan sólo ahí.
Raúl Gómez, encargado hace 22 años, frente a los cuadros de San Martín, Pedernera, Pringles, y Dupuy, que son custodiados por el ancho estandarte del regimiento español “Dragones de Chile”, sobre una pared amarilla, lo describe mejor: “Es una sala muy espiritual, hay que guardar silencio por los próceres que la rodean, por el mismo sentimiento con que Pueyrredón dona el estandarte en reconocimiento al aporte que hace San Luis a la campaña libertadora”.
Hay un sentido espiritual, se le pregunta a Raúl al respecto. De inmediato, abandona los brazos cruzados y busca la respuesta mirando al techo: “Los museos tienen un sentido espiritual. En la época de los griegos, las musas habitaban los templos para inspirar a los escritores. Entonces, para mí, hoy el museo sigue siendo un templo de silencio, donde hay que reflexionar sobre cada pieza que está hecha con un sentido. Hay todo un pensamiento humano hecho materia a través del arte”.
La sala contigua atesora fina porcelana europea, un espejo similar a los del Palacio de Versalles, el gramófono de Antonio Esteban Agüero, la cámara fotográfica de José La Vía, recoletos bordados, el vestido matrimonial de Dora Ochoa de Masramón, que impacta por su delgadez, la llave que le regalaron a Víctor Endeiza como ciudadano ilustre en Tilisarao, y prendas del gobernador Ricardo Zavala Ortiz, su mate plateado, un candelabro, y una boquilla, entre otros objetos.
Gómez cuenta que el museo se fundó en 1955, y que en los comienzos albergaba únicamente obras de arte y de Ciencias Naturales. Actualmente, luego de tres mudanzas, la casa de Arancibia Rodríguez con patio solariego cobija además legados rupestres e históricos con muestras invitadas y permanentes.
Raúl es profesor en Artes Plásticas. Se nota que cuida cada detalle en la distribución de los objetos sobre los diferentes espacios.
“Al museo también hay que verlo como si fuera una composición plástica donde cada elemento tiene que estar equilibrado. Hay que pensar cómo vamos a presentar este patrimonio para que no quede como si fuera un almacén de escaparate. Hay que darle un sentido, una iluminación”, explica Gómez quien en varias oportunidades ha oficiado de curador.
El encargado estima que albergan 3500 piezas pero si catalogan las piedras, flechas y hachas indígenas rondarían las 5000. También se pueden donar objetos. “Nos han donado televisores y cámara analógicas, trajes. Siempre estamos atentos para ir creciendo a través de la generosidad de la gente”, indica.
“Tuvimos una muestra de juguetes antiguos que llegó a 3 mil personas. Estamos entre 700 y mil visitas por mes, sobre todo en épocas escolares”, agrega. “Es un museo tradicional, distinto al Museo de Historia de San Luis. Acá la historia real está en las piezas, en las reliquias, latente”, expresa.
El imponente óleo “La vuelta del malón”, fauna autóctona, esculturas, y la réplica del fósil de la famosa araña gigante de Bajo de Véliz, son otras de las opciones para pasar minutos admirando en este verano.
Redescubrir el museo provincial puede ser una actividad para alejarse del aire acondicionado. De martes a viernes, las puertas se abren para todo el público de 9:00 a 19:00. Y los sábados y feriados de 9:00 a 13:00. La entrada, por Colón 508, es gratis.
Raúl inició en el área de Cultura en 1981 y está a punto de jubilarse. Se ha encariñado con el trofeo sanmartiniano, capturado en la batalla de Chacabuco: “El estandarte es el alma del museo”.
Video: Una mañana en el museo “Dora Ochoa de Masramón”
Nota: Matías Gómez.
Fotos: Malvina Urquiza.
Video: Juan Moyano.
Edición: Martín Micali.
Corrección: Mariano Pennisi.
