HISTORIA
Tras las huellas de Pringles en Perú
El presidente de la Asociación Sanmartiniana, José Rigau, reveló curiosos episodios en la vida del héroe puntano.
En una carta al por entonces gobernador Dupuy, el general San Martín dice: “Hay vacantes pero no he querido admitir a nadie hasta ver si hay algunos bravos puntanos que quieran ingresar en este regimiento”.
En 1812, San Luis envió un contingente de 111 soldados y luego 93 más que formarían parte del Regimiento Libertador. “Aproximadamente el 45% de los efectivos eran puntanos”, dijo Rigau y agregó: “De esto se conoce más porque los documentos están en el Archivo General de la Nación, pero sobre los soldados puntanos que viajaron al Perú no hay documentación que los puntualice”.
José Rigau (69) es militar e ingeniero en armamentos. Fue oficial del Regimiento de Granaderos a Caballos y es sobrino nieto de Juan Esteban Vacca, en cuyo nombre se erige la escuela de Alto Pencoso. Actualmente preside la Asociación Sanmartiniana en San Luis, que tiene 56 años de existencia. Apasionado por la causa del libertador, Rigau visitó los lugares sanmartinianos en el Perú, Francia, Italia y España. Al material recolectado lo utiliza para impartir charlas en diferentes escuelas e instituciones de la provincia. En septiembre disertó durante las novenas jornadas de Historia, organizadas en Merlo.
“El anteaño pasado me hice como 1500 kilómetros yendo al interior a difundir la vida de San Martín”, contó el presidente quien asegura que en la lista de granaderos del Monumento al Pueblo Puntano de la Independencia no están los incorporados en 1819 que viajaron hasta las tierras incas.
“Primero tomaron Pisco, después fueron hacia el norte y combatieron en Végueta, y llegaron a Huaura donde San Martín proclamó la independencia del Perú, el mismo día del combate de Chancay”, explicó el ex director del primario del Colegio “San Luis Rey”.
Durante su viaje realizado en 2013, Rigau conoció la playa de Pescadores, en Chancay. Allí Pringles se convirtió en héroe. “Con veinte hombres escoltando a un emisario, el puntano debía tomar contacto con los oficiales del regimiento Numancia que estaba integrado en su mayoría por americanos. Pero lo sorprende un grupo importante de realistas”, relató. La historia cuenta que Pringles, antes que rendirse, se arrojó al mar envuelto en una bandera. Rigau, tras explorar la costa, desmitificó: “El lugar es un páramo y hace 195 años debe haber sido un terreno muy árido. Era una playa, no era un lugar empinado para tirarse al mar. Además, la bandera siempre va con todo el regimiento, no con un piquete de 20 hombres. Es imposible que haya llevado una bandera. Si iba de escolta de un personaje, en secreto, llamaría más la atención con una bandera”.
Luego del combate, Pringles fue trasladado como prisionero a la fortaleza del Callao. “En la fortaleza del rey Felipe, que es como un pentágono, hay unas placas donde en general aparecen los jefes de más alta graduación. Ahí salen los nombres de Pedernera y Pringles, que está escrito al final como `Pingles´. Y en la Plaza Mayor de Chancay está la estatua de Pringles. Allá lo toman como un héroe del pueblo”, describió Rigau quien además comentó que cuando consultó a los pobladores locales sobre Pringles algunos creían que era peruano.
“San Martín le llama la atención a Pringles porque tenía la orden de no combatir pero como su actuación fue destacada termina premiándolo. Cuando San Martín se retira queda al mando de Bolívar, y Pringles va a participar en Junín y Ayacucho que son las últimas batallas por la emancipación del Sur”, completó el episodio Rigau. El bravo puntano recibió una medalla hecha acuñar por San Martín con la inscripción: ¡Gloria a los vencidos de Chancay!, y luego fue condecorado con la “Orden del Sol”, por Simón Bolívar.
En el libro “Apoteosis de Pringles”, Juan W. Gez cita los apuntes de Pedernera para retratar a Pringles: “Su separación fue generalmente sentida por sus camaradas tanto peruanos como colombianos, porque Pringles poseía el don de hacerse simpático a mérito de su carácter tan modesto como amable y tan valiente como humano y generoso con sus enemigo en el campo de batalla; en política no abrigaba odios de partido ni reconocía enemigo ninguno, porque su opinión era incontrastable por los principios de libertad y justicia; y de aquí se sigue que tales condiciones le granjeaban la estimación de los pueblos que pisaba, porque celaba con rigor que la tropa que mandaba no infiriese agravio ni mal alguno a los habitantes pacíficos. En fin, era honrado y caballeresco en la extensión de la palabra…”.
Durante su visita al Perú, el presidente de la Asociación Sanmartiniana, dio conferencias en Lima y Chancay. Además, en el Instituto Sanmartiniano del Perú regaló una bandera con el escudo de la provincia de San Luis y tierra del Chañaral de las Ánimas, donde nació Pringles.
“Cuando los peruanos hablan de San Martín le dicen el generalísimo. Ellos hablan muy bien de toda la gente que estuvo a favor del Perú. Son sus héroes”, indicó.
_ ¿Qué valores lo atrajeron de San Martín?
_ Honestidad, valentía, preocupación por el cumplimiento de las leyes, por la educación. San Martín es el fundador de la Biblioteca de Mendoza, de la Biblioteca Nacional de Chile y la del Perú. Él tenía 700 libros. Cruzó la cordillera con sus libros, dejó una parte en Chile y otra en el Perú. San Martín es el artífice de la Independencia Argentina.
Nota y contenidista: Matías Gómez.
Fotos: Gentileza.
Corrección: Mariano Pennisi.