CIUDAD DE SAN LUIS
En San Luis honraron al “Santo del pan y del trabajo”
La comunidad católica de diferentes puntos de la capital puntana se sumó a las celebraciones que cada 7 de agosto tienen lugar en la Ermita de “San Cayetano”, ubicada en la esquina de Tomás Jofré y Yapeyú. Los fieles acompañaron la ceremonia central en la siesta del viernes y luego caminaron la procesión que recorrió las calles del barrio para venerar al “Santo del pan y del trabajo”.
Como cada año, las muestras de fe y de fervor se hicieron presentes en el tradicional barrio que celebró a su santo patrono desde las últimas horas del jueves con una velada de gala. Con una vigilia que contó con fuegos artificiales, aguardaron el Día de San Cayetano, y como se esperaba, se congregaron desde la madrugada cientos de fieles que agradecieron, pidieron para que nos les falte ni el pan ni el trabajo, y renovaron su fe a lo largo de todo el día.
La ceremonia central se realizó a las 16:00 y fue ofrecida por el cura párroco, David Picca, oportunidad en la que también se bendijeron los panes. La última misa de la jornada fue a las 20:00 y la capilla cerró sus puertas a la medianoche para que hasta el último de los feligreses pudiera despedirse del santo y prometerle la próxima visita.
Por otra parte, en Villa Mercedes las celebraciones comenzaron a las 15:00, en la Parroquia “San Cayetano”, ubicada en Urquiza y San Cayetano. Allí también se realizó la Santa Misa y la Solemne Procesión, encabezada por el obispo Pedro Martínez. Las misas se repitieron a las 20:00 y a las 23:00.
San Cayetano (Gaetano di Thiene) fue un presbítero italiano que nació en Vicenza, en 1480. Su objetivo era renovar el espíritu y la labor misionera de los sacerdotes y su principal regla era que sus miembros no debían poseer nada. En Argentina, es venerado cada 7 de agosto con muestras que revolucionan las iglesias.
El primer milagro de Cayetano fue en Venecia mientras visitaba un hospital. Según cuentan, llegó a la cama de una joven a la que estaban por amputarle una pierna debido a la gangrena que padecía. Cayetano le sacó la venda, se la besó y le hizo la señal de la cruz. Al otro día, cuando los médicos se aprontaban para la operación, notaron que la muchacha estaba curada.
El “Santo del pan y el trabajo” murió en Nápoles, a los 77 años, el 7 de agosto de 1547. Fue beatificado el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII y canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.
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Nota: Catalina Ysaguirre.
Fotos: Luciano Grangetto.
Video: Gabriel Pascualli.
Corrección: Berenice Tello.