PLAN DE INCLUSIÓN EDUCATIVA
Laura y Paola, jóvenes mamás que recibirán el título secundario con el PIE
Laura es la mayor de nueve hermanos y cuando la situación económica en su casa materna se complicó, dejó de estudiar y salió a buscar trabajo para ayudar. Se quedó embarazada, tuvo dos hijos y se dedicó a criarlos. Hoy, asiste a clases en el PIE, es tiempo de saldar cuentas, se define feliz, sus ojos así lo confirman. Paola es de Buenos Aires, hace 4 años vino un día a vacacionar, volvió para vivir y no se fue más. Hoy cría a sus dos hijas en suelo puntano y afirma: “Buscaba una mejor calidad de vida para mis hijas, tranquilidad, acá la encontré”.
Laura Mardone tiene 28 años, todos los lunes, martes y miércoles llega a las aulas del PIE luego de dejar a sus hijos en la escuela: Uriel de 11, y Benjamín de 9. Cuando se enteraron que su mamá volvía a estudiar le dijeron “estás loca”, relata entre risas pero después cuenta que le dijeron “está bien mamá, aprendes vos y nos ayudas a nosotros también, porque a veces te preguntamos cosas y no sabes”.
Caminar sobre nuevas metas es para muchos un gran desafío. “Estoy muy contenta, hacía mucho tiempo que no estudiaba, es una oportunidad muy linda que nos dio el gobernador, yo estoy cerquita de cumplir 30”, cuenta la ama de casa.
Paola Alarcón tiene 33 años y tras algunos intentos fallidos para terminar el secundario decidió anotarse en el PIE. “Me anoté a distancia y me pedían muchísimos papeles que yo no tenía en ese momento, acá todo fue mucho más accesible, tenía más posibilidades”.
Esta bonaerense y puntana por adopción tiene dos hijas, Morena de 10 y Celeste de 8, “siempre estudio a la par de ellas, cuando tienen trimestrales las ayudo, después les tomo la lección”. Acerca de la metodología de aprendizaje del PIE con los cuadernillos y computadoras, declara: “Me gusta, es un lindo grupo, el profesor es excelente, todo me parece muy interesante”.
En la casa materna de Laura eran nueve hermanos, ella es la mayor, cuando recuerda el día que abandonó los estudios dice: “Debí dejar el secundario por la situación económica que se vivía, tuve que buscar trabajo para ayudar en mi hogar”.
“Muchas veces me inscribí de noche para terminar la escuela, pero entre mis hijos y el trabajo nunca podía”, hoy, Laura vive otra realidad, donde sí puede. Esta joven mamá, además de repartir el tiempo en el cuidado de sus hijas, su casa y el estudio, trabaja de ordenanza en la Escuela Nº27 del Barrio Rawson de la ciudad capital.
“El secundario era algo pendiente, me faltó un año, después veré que sigo”, relata Paola, quien hace cuatro años vive en San Luis, “buscaba una mejor calidad de vida, tranquilidad, me vine con mis hijas y me quedé, volví a Buenos Aires sólo a buscar los muebles, nada más”, evoca esos días donde su vida cambió para siempre. “La primera vez que vine a San Luis decidí que aquí me iba a quedar. Las escuelas a la que van mis hijas son hermosas, es otra cosa, acá puedo darles un buen futuro, una vida normal”.
“Siempre quise ser maestra jardinera”, alcanza a decir Laura, se le quiebra la voz, su corazón late más fuerte, respira y continua: “Espero llegar a eso, nunca perdí las esperanzas, siempre soñé con tener mi carrera, tengo esta oportunidad para lograrlo y no la pienso desaprovechar”.
[youtube id=”svGyoVK2Z9Q” titulo=”Laura Mardone y Paola Alarcón, alumnas del PIE “]
Nota: Cecilia Sosa.
Video: Sergio Nieto.
Fotos: Cristian Bastías.
Edición de video: Luciana Picca.
Corrección: Berenice Tello.