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Con la peregrinación para cumplir las promesas, comienza la festividad del Cristo de La Quebrada
La fiesta patronal será el domingo 3 de mayo, Día del Cristo de la Quebrada. Este jueves, miles de personas peregrinarán a la Villa para cumplir con sus promesas y dar gracias por los favores recibidos.
Los fieles, como cada año, venerarán al Cristo en la festividad religiosa que reúne a miles de personas de San Luis y de distintos puntos del país.
La festividad religiosa comenzará este jueves con la tradicional caminata, de 38 kilómetros, hasta la localidad de Villa de la Quebrada. Jóvenes, adultos y niños acudirán en procesión a la capilla, en la que se encuentra el Santo Cristo de la Quebrada, profesando su fe.
El viernes 1º de mayo, Día de San José Obrero, habrá misas a las 07:00, 09:00, 11:00, 13:00, 15:00, 18:00 y 20:00. Además, a las 16:00, habrá bautismos y a las 19:00 se realizará el Vía Crucis.
El sábado 2 de mayo, fiesta de “Nuestra Señora de la Quebrada”, las misas serán a las 07:00, 09:00, 11:00, 13:00, 15:00, 18:00 y 20:00. En el último día de la novena, las familias se consagrarán a la Virgen; a las 11:00 se realizará una peregrinación de niños con la imagen de “Nuestra Señora de la Quebrada”; habrá bautismos a las 16:00 y el Vía Crucis a las 19:00.
Se celebrarán misas a las 07:00, 09:00, 11:00, 19:00 y 21:00. También bautismos a las 12:00; ese día se hará además la renovación de las promesas bautismales. A las 16:00 se realizará la procesión presidida por el obispo de la diócesis de San Luis, monseñor Pedro Martínez.
El Cristo de la Quebrada
La historia del “Señor de la Quebrada” puede leerse en el sitio web del santuario. Allí el presbítero Miguel Ángel Fuentes explica que es una imagen muy pequeña, tal vez una de las más pequeñas de las que se veneran en nuestra patria. Un hachero ciego descubrió la imagen en el corazón de un algarrobo, escondido allí tal vez para salvarlo de los indios; otros dicen que no era ciego, ni era hachero, pero que sí lo encontró milagrosamente.
El hachero, Juan Tomás Alcaráz, la encontró en la primera mitad del siglo pasado. Es un Cristo en cruz, no agonizante, sino muerto. Está clavado en una cruz de madera cuyo stipes (madero vertical) mide unos 27 centímetros, y unos 20 centímetros el patibulum (madero horizontal). La cruz es de color verdoso y las tres puntas superiores terminan en forma redondeada, pintadas de dorado. Es también de madera su base irregular y la leyenda “INRI”. Tiene también 3 aspas doradas que salen de los ángulos de la cruz -la cuarta se debe haber perdido-, que simbolizan el resplandor de la cruz.
Nota: Fernando Romero.
Foto: Archivo ANSL.
Fuente: Obispado de San Luis / AICA.