FAMILIA DE JUDOCAS
“Yo quiero ser como mi papá”
Santiago (10 años), Diego (13 años) y Agustina Lahiton (14 años) siguen los pasos de su padre, Gabriel: todos practican judo. Diego y Agustina llevan una década entrenando con varios títulos continentales. Santiago, el menor, cosechó logros interprovinciales, nacionales y va tras los pasos de sus hermanos. Una historia que vale la pena conocer.
La constancia y dedicación es la clave para cualquier logro en la vida. A veces en el deporte no alcanza, hace falta cierta cuota de suerte, o de estar en el lugar y momento preciso. En otras, los genes influyen o predisponen de mejor manera. Tal parece ser el caso de los chicos Lahiton: papá Gabriel, es cinturón marrón y ayuda en la escuela infantil del maestro Hugo Di Chiacchio, tío de Diego, Agustina y Santiago. El judo está arraigado en la familia.
Diego Lahiton, tiene 13 años y practica este arte marcial desde los cuatro: “Comencé yendo a los torneos interprovinciales y a los 10, tuve mi primer Nacional en Rosario, donde salí campeón”, contó el actual campeón sudamericano hasta 36 kg. por la IJF (International Judo Federation). Acaba de consagrarse hace un par de semanas en Lima, Perú.
“Empecé viendo a mi papá y él me llevó a una clase para ver si me gustaba. Mi tío Hugo (Di Chiacchio) me entrenó y me entrena hasta el día de hoy. Van a ser 10 años, desde aquella vez, nunca más me bajé del tatami”, dijo Diego.
Agustina es la hermana mayor y le contó a ANSL: “Yo empecé a ver nomás, acompañaba a Diego, vi cómo luchaban y me gustó. Bueno, acá estoy desde los cinco años”, expresó la niña, que tiene en su haber los siguientes logros continentales: dos medallas de plata (Sudamericano 2011 en Buenos Aires y 2013, Chile); medalla de bronce en el Panamericano 2011 en Buenos Aires y Sudamericano 2014. Además, ganó en forma consecutiva las Copas Abiertas Sudamericanas 2013 y 2014, en su categoría hasta 48 kilos. Ella tiene 14 años.
Ellos entrenan cinco veces a la semana: tres días le dedican al judo y dos a la preparación física en el gimnasio. A pesar de ello, tienen gustos como cualquier adolescente. Diego se junta con los amigos a jugar al fútbol y Agustina participó en dos ocasiones de los Juegos Intercolegiales, en hockey. Ambos se confiesan hinchas de Independiente.
Por supuesto, que el judo es lo que más tiempo les lleva a ambos en la vida, pero fue por decisión propia. Cuenta la madre, Paula Alcaraz: “Yo me la paso lavando judoguis (risas), pero nosotros los apoyamos en todo lo que quieran emprender. Se dio, nada fue forzado y fueron siguiendo uno los pasos de otro. Nunca hubo rivalidad, al contrario, respeto y admiración por lo conseguido entre ellos y, gracias a Dios, lo que Diego consiguió también lo obtuvo Agustina y viceversa”.
Un caso particular es el menor de la familia: Santiago, que accedió al judo tras aceptar un “soborno”, confesó la mamá: “Igual que los demás, empezó mirando. Acompañaba a sus hermanos pero tenía miedo de las caídas y lo golpes. Entonces el profe le dijo un día: Santi, si te doy $10, ¿mañana empezarías judo?. Bueno, contestó, y desde el 2009 al día de hoy, que tiene 10 años, sigue los pasos de sus hermanos. Ya tiene títulos interprovinciales y nacionales. A partir del año entrante, estará en condiciones de competir en sudamericanos. Está motivado y sueña con lograr lo mismo que Diego y Agustina”, expresó orgullosa la madre de los Lahiton. Y no es para menos.
No es difícil imaginar cómo se resuelven los pleitos entre hermanos en esta familia. Diego molesta a Santiago, Agustina apoya a uno u otro, según sea el caso, pero lo sorprendente es el resultado: “Siempre gana Santi”, dijeron al unísono Diego y Agustina. Se viene otro campeón continental: está en los genes.
Nota: Adolfo González
Fotos: Familia Lahiton