Día Mundial del Accidente Cerebrovascular

Pormenores de una enfermedad mortal que puede prevenirse


Este miércoles, 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), una enfermedad que representa una de las primeras causas de muerte en todo el planeta.

El ACV representa una de las primeras causas de muerte en todo el planeta
El ACV representa una de las primeras causas de muerte en todo el planeta
El ACV representa una de las primeras causas de muerte en todo el planeta

El ministro de Salud, Gastón Hissa, refirió que “el ACV es la condición producida por una interrupción brusca en el flujo sanguíneo del cerebro, cuya consecuencia posible es, al no recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios, la muerte del tejido cerebral. Desde el Ministerio venimos llevando adelante un plan mediante el cual se promociona y fomenta la adopción de hábitos positivos que reducen, en un alto grado, el riesgo de sufrir un ACV: se trata del San Luis, Actitud Saludable. A través de dicha iniciativa, que se desprende del Plan Maestro de Salud, pregonamos la importancia de realizar actividad física, como caminar; también la pausa activa, dedicando algunos pocos minutos para realizar ejercicios durante la jornada laboral, especialmente en aquellos trabajos sedentarios, como de oficina. Y, además, concientizamos sobre las bondades de la cesación tabáquica, no abusar del consumo de alcohol y llevar una correcta alimentación. Esos consejos, aunque sencillos, tienen una repercusión muy importante y positiva en la calidad de vida y reducen en un grado muy alto la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, como también previenen problemas de hipertensión, diabetes y otras enfermedades crónicas no transmisibles”.

Conociendo al ACV

El ataque cerebral es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza. Cualquiera de ambas situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar. Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de responder.

Los efectos de un ataque cerebral son a menudo permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.

Afortunadamente, por medio del reconocimiento temprano de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica, se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad.

Los nuevos tratamientos sólo funcionan si son aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas iniciales, entre los que se cuentan:

  • Falta de sensación, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo, suelen ser los síntomas más frecuente.
  • Confusión súbita, problemas repentinos para hablar o entender.
  • Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
  • Dificultades para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
  • Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad.

Factores de riesgo

Existen dos tipos de factores de riesgo para el ataque cerebral: controlables y no controlables. Los primeros son bastante conocidos por la población, debido a que son los mismos que para la enfermedad coronaria y el infarto cardíaco:

Factores de riesgo controlables

  • Sobrepeso
  • Hipertensión arterial. Es el factor de riesgo más frecuente, está presente en casi el 80 % de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina.
  • Diabetes. El control de la diabetes es esencial. En la Argentina, el 22 % de los pacientes que sufren un ataque cerebral es diabético.
  • Alcoholismo. El consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.
  • Cigarrillo. El riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50 % y un 70 % en fumadores y el impacto es mayor en mujeres.
  • Colesterol elevado. El colesterol aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro.

Otros factores de riesgo que pueden ser controlados incluyen:

  • Sedentarismo. La falta de actividad física puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Drogas ilícitas. La cocaína y otras drogas se asocian a una mayor frecuencia de ataques cerebrales.
  •   Obesidad. La obesidad es un importante factor de riesgo y su presencia potencia a otros factores.

Existen factores de riesgo que no son controlables

Factores de riesgo no controlables

Es importante reconocerlos para poder identificar individuos con un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral:

  • Edad. El riesgo de sufrir un ataque cerebral se duplica a partir de los 55 años de edad.
  • Género. Los hombres tienen mayor riesgo con respecto a las mujeres.
  • Herencia. Las personas con antecedentes familiares de enfermedad coronaria o cerebrovascular constituyen un grupo de mayor riesgo.
  • Antecedentes personales. Quienes ya sufrieron un ataque cerebral tienen mayor riesgo de tener otro.

Prevención

Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, si puede disminuirse la probabilidad de sufrir un evento mediante:

  • Controles médicos regulares.
  • Estricto control de la presión arterial.
  • Abandono total del cigarrillo.
  • Optimización y seguimiento médico de la dieta.
  • Ejercicio físico bajo supervisión médica.
  • Control estricto de la diabetes.
  • Control y tratamiento de las enfermedades del corazón.

 

Nota y foto: Prensa del Ministerio de Salud


Agencia de Noticias San Luis

ANSL es un medio informativo oficial del Gobierno de la Provincia de San Luis, Argentina.

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