Testimonios de sueños cumplidos
Las 150 viviendas del sur reciben a sus dueños
Son 150 familias las que recibieron el pasado martes su casa. ANSL realizó una recorrida por el nuevo barrio para conocer a su gente y recoger testimonios de algunos de los recién mudados. Las viviendas se encuentran cerca de la Ruta Nº3 y Autopista de las Serranías Puntanas.
Finalmente, las 150 residencias, ubicadas en el extremo sur de la ciudad del San Luis, recibieron a sus dueños. El recorrido por sus calles, aún de tierra, dejó ver a quienes le pertenecen. Sólo niños sumergidos en el juego, conociendo a sus nuevos vecinos, se veían en los patios sin límites de los cientos de hogares.
Pero dentro de las casas, padres, algunos solos, otros con sus parientes, ideaban estrategias para remodelar la vivienda, cerrar el perímetro o hacer una habitación extra.
Ahí estaba Lorena Guzmán (30), madre de tres niños, Rocío (13), Brian (9) y Elías (5), esperando a Isaías, que llegará el 23 de octubre, como quien dice “con el pan bajo el brazo”.
“El mismo martes 26 de agosto me vine con los chicos. Apenas nos entregaron la llave nos vinimos para acá. Hace bastante que la estamos esperando a la casa, desde el 2012 que salió la inscripción”, aseguró Lorena, quien estaba acompañada por sus tíos y su sobrina.
“Ella luchó mucho para tener su casa. Yo la estoy guiando en cuanto a la compra de los materiales para realizar el cerramiento de la casa. También van a venir otros tíos que son albañiles que la van a ayudar”, afirmó el tío de la flamante propietaria.
“Tengo una familia que me apoya muchísimo, estoy muy feliz”, concluyó entre lágrimas Lorena.
Un nuevo barrio, nuevos vecinos y un sueño por delante
Parado en el umbral de su casa, con las ventanas recién pintadas y abiertas de par en par, Federico Lovrincevich (31) asegura que aún no cae en su asombro: “Antes de ayer nos entregaron las llaves de nuestro hogar”. Mientras Federico intenta poner la bisagra a una ventana, su esposa, Ivana Traverso, vigila a los dos pequeños de la familia, Milko (4) y Lautaro (7), que están conociendo a quienes serán sus nuevos vecinos de aventuras.
“Nosotros alquilamos y tenemos pensado mudarnos dentro de 10 días. Por suerte el contrato se vence justo para esa fecha”, comentó Federico con una sonrisa.
Para instalarse del todo, la familia primero quiere hacer unos arreglos. “Para que no entre tanta tierra, ya que los chicos tienen alergia”. Ampliar la vivienda es el paso que sigue, “Ahora con lo que nos sobra del alquiler vamos a poder hacerlo”, asegura.
Con la ilusión del techo propio el matrimonio piensa en agrandar, primero la cocina para integrarla al comedor, transformar el living y luego construir una cochera.
“Ese es el sueño, pero en este momento estamos con todo el tema de la organización. Ya separamos los dormitorios: mi esposa y yo dormiremos en un cuarto y los enanos dormirán juntos. A ellos les compramos cuchetas para que estén cómodos. Algunas cosas las tuvimos que dejar en la casa de mi suegro”, comenta Federico.
La casa llegó en un abrir y cerrar de ojos. El martes ya estaban recibiendo las llaves de su casa. Es por eso que el ritual de llevar los chicos al colegio y administrar los tiempos es un desafío para los jóvenes. Pero Federico tiene todo calculado: “Tenemos auto, yo trabajo cerca y mi esposa va a tener que aprender a manejar”, expresa entre risas, haciéndole un guiño a su mujer.
Casa llena, corazones contentos
Mercedes (35) y Alejandro (36) viven a media cuadra de Lorena Guzmán y en la misma manzana de Ivana y Federico. Tienen tres hijos, Lucas, Sofía y Elías, que nacieron en San Luis.
Hace 13 años que el matrimonio vino desde Mendoza para buscar un futuro mejor en la provincia. Al principio no fue fácil, pero hoy hemos cumplido un sueño gracias a esta tierra. Tenemos nuestro hogar”, comenta Alejandro, apoyando su mano sobre los hombros a su mujer.
“Veníamos a todas las visitas de obra, hasta las que no nos llamaban, es que anhelábamos mucho tener la casa. Y un día suena el teléfono y nos avisan que teníamos que ir a firmar el contrato y recibir las llaves”, recuerda con voz entrecortada Mercedes.
Ese martes quedará en la retina de la familia y de los más pequeños, que ya querían tener un cuarto propio. “Nosotros apenas recibimos las llaves comenzamos con la mudanza, porque este domingo se nos vencía el mes de alquiler”, retrata Alejandro, y su mujer acota que necesitaban una casa, “ Vivíamos en un monoambiente, imagínate que teníamos una sola pieza y los chicos están creciendo, querían su espacio”.
Tienen pensado de a poco ampliarla, el primer paso será hacer el cierre perimetral. Para esto, Alejandro comenta que ya habló con el vecino para dividir los gastos de la medianera, luego seguirá una cochera para el auto. “Pero lo importante es que lo poquito que le hagamos ya sabemos que es nuestro”.
Nota: Romina Oddone – Noelia Domínguez. Fotos: Jésica Flandes Videos: Cristian Bastias