MUNDIAL 2014
El prócer y 10 más
El partido de nuestro seleccionado en São Paulo, contra Holanda, irá tomando lentamente ese valor de reliquia con el “tic tac” de las horas. Dejemos que el tiempo haga lo suyo.
El 9 de julio, nuestro propio día patrio, fue capaz de aleccionarnos como pueblo. “Pero, ¿cómo va a atajar Romero? No ataja en su propio club y va a atajar en la selección”, “Con esta defensa te digo que nos volvemos en primera ronda”, “Sabella está loco, no lo lleva a Tevez”, “Messi sólo juega bien en el Barcelona” y, así, miles. Bomba de autodestrucción para cada uno de estos argumentos de café y asados argentos.
Amigos, Argentina está en la final de Brasil 2014 porque tiene a hombres comprometidos con la causa y porque quien los dirige tiene el don de la humildad y la capacidad para gestar a un grupo y después al equipo. Sabella cree en ellos, y ellos en Alejandro.
Romero ha demostrado en este mundial que el creer en sí mismo y en los demás también es parte del éxito. Lo de “chiquito” fue gigante, sencillamente gigante.
¿Alguien pensaba que Garay sería el caudillo capaz de frenar a talentosas tropas cuyo objetivo era la invasión de nuestro propio arco? Si lo hizo.
Demichelis fue destituido del seleccionado por los 40 millones de técnicos, el error contra Bolivia por las eliminatorias le costó una extensa penitencia y una catarata de críticas sobre su juego, pero el campeón del Manchester City hizo de la crítica el mejor alimento vitamínico para su orgullo. En este mundial, “Micho” ha sido sinónimo de experiencia y seguridad.
Zabaleta emuló a la policía militar de Brasil (bravo ellos), restringió el acceso por su avenida derecha sin permitir la circulación anaranjada en ese sector.
Marcos Rojo nos enseñó que la perseverancia paga y tiene sus frutos, el lateral izquierdo tuvo su debut mundialista ante Bosnia en el Maracaná. En semejante templo del fútbol despejó el balón con una rabona en nuestra propia área. “¿Qué hace Rojo? ¿está loco?” Perdón Marcos, sabías lo que hacías.
Lo de Lavezzi fue clave dentro y fuera del campo, ingresó con gran nivel por la lesión del “Kun”, fue equilibrado a la hora de retroceder y desbordante cuando avanzó. Descomprimió situaciones tensas con bromas de niño (empate parcial ante suiza, y mojada a Sabella).
Biglia ingresó e hizo fácil lo difícil. De juego sencillo se dedicó a pasarle la bola al compañero mejor ubicado y recuperó como perro de caza a la hora de marcar.
“Por favor, si llegamos a la final, voy hacer todo lo posible para estar”, había expresado Di María con lágrimas en los ojos a causa de su lesión. Te esperamos Ángel.
De apellido con súper población en la guía telefónica, pero con nombre majestuoso en el fútbol, Enzo Pérez jugó literalmente un gran partido, gambeteó, encaró y hasta asistió.
Higuaín, algo incómodo por las marcas holandesas, se fastidia cuando no convierte. Tranquilo Gonzalo, vos nos depositaste en esa semi, “Pipa” es crack.
Messi nos mal acostumbró a entonar sus hermosuras de goles en primera ronda. Leo ha hecho un gran mundial, goleador y asistente tiene su oportunidad, la oportunidad. El 13 de julio buscará ser “rey del mundo” y llevarnos a la gloria.
En este equipo de amigos, al que no le toca jugar, le toca apoyar y alentar. Casi espalda con espalda, el banco de suplentes también hace su partido.
Amigos, ya estoy en Río de Janeiro, esperando por nuestra tan ansiada final (más adelante hablaremos de Alemania), aún tengo el pecho inflado de orgullo por lo sucedido en São Paulo, este 9 de julio, esa fecha que marcó nuestra independencia, se fusionó por un día con nuestra máxima pasión, nuestro fútbol está, por quinta vez en su historia, en una final del mundo. Allí se puede observar. Un valiente hombre, en su espalda luce la camisa 14, y por momentos esa camiseta se le hace piel, líder indiscutido en esta causa mundialista, coronel de la pasión y de la lucha, le dijo a su compañero y soldado de tropa, “Hoy, hoy te convertís en héroe”. En esta selección ya nació el mito “Don Javier Mascherano, el prócer y 10 más”.
Nota: Emiliano Pascuarelli.