CRÓNICA DESDE BRASIL 2014
Comenzó la alegría brasileña
Los bares de la costanera se habían transformado en mini estadios donde se podía ver el puntapié inicial y el debut de Brasil en pantallas montadas para tal fin. No sólo los bares, sino que la misma playa de Copacabana fue un gran living donde brasileños, españoles, argentinos, franceses, chilenos, mexicanos, holandeses, vieron los primeros 90 minutos de fútbol mundial.
Y un día,Río de Janeiro se vistió de fiesta. De donde salieron? Me preguntaba mientras hacia un nuevo recorrido por la playa de Copacabana; y es que todos aquellos fanáticos del futbol, que buscaba días atrás, aparecieron de repente en la vereda de mosaicos. Se los podía ver con pelucas, anteojos de cotillón (con brillos; plumas y formas extrañas), gorros de arlequín, de la mascota del mundial, con forma de fútbol Remeras, camisetas, zapatillas, absolutamente todo tenia los colores de la selección anfitriona. Los vendedores ambulantes que estaban ausentes hasta este mediodía ofrecían banderas, silbatos y cornetas para alentar a su selección. Después de la fiesta inaugural que se llevara a cabo en San Pablo, comenzó el primer partido de esta Copa del Mundo. Brasil se enfrentó a Croacia y fue motivo suficiente como para que todo un país se vistiera de amarillo, verde y azul.
Los bares de la costanera, que antes eran mi mejor opción para un descanso tranquilo a orillas del mar, se habían transformado en mini estadios donde se podía ver el puntapié inicial y el debut de Brasil en pantallas montadas para tal fin. No sólo los bares, sino que la misma playa de Copacabana fue un gran living donde brasileños, españoles, argentinos, franceses, chilenos, mexicanos, holandeses, vieron los primeros 90 minutos de fútbol mundial. Con cada gol se animaban mas, brindaban, se abrazaban, volvían a brindar y se escuchaban los primeros fuegos artificiales.
Pude notar también, mayor presencia policial; caminando en móviles, en bicicletas para garantizar ese espacio de paseo, preferido por turistas de todo el mundo. Hasta que volví al departamento para ver el partido, todo estaba tranquilo; y su trabajo era sólo de prevención. Hoy los medios gráficos cuentan que alrededor de 400 personas marcharon por las calles de Copacabana y que hubo, al menos, dos heridos. A pesar de las manifestaciones el mundial es una fiesta y hoy la alegría es brasilera.
Nota: Virginia Soloa
Foto: Web