Semana Santa
El Papa Franciso presidió el Vía Crucis en el Coliseo romano
Tras oficiar la Pasión de Cristo en la Basílica de San Pedro, el pontífice argentino encabezó la ceremonia en la que participaron jóvenes y familias de varias nacionalidades durante el recorrido por las 14 estaciones.
Antes, en la tradicional liturgia de Viernes Santo, frente al Altar de la Confesión, el Papa -vestido con paramentos rojos- se postró en tierra y oró algunos minutos. Luego, por la noche, desde la colina del Palatino, que se encuentra frente al anfiteatro Flavio, en el Coliseo romano, ante 40 mil personas, Francisco presidió su segundo Vía Crucis.
El Coliseo fue elegido en 1964 por el papa Pablo VI para celebrar el rito como símbolo de la persecución a los primeros cristianos, representantes de la Iglesia.
Durante el Vía Crucis nocturno, rodeado de antorchas, Francisco rezó por los inmigrantes, las mujeres víctimas de la violencia, los explotados y nuevos esclavos del mundo moderno.
Cada estación estuvo acompañada por las meditaciones que este año el Papa encargó escribir al arzobispo italiano de Campobasso, Giancarlo Maria Bregantini.
En las meditaciones, Bregantini afrontó asuntos de actualidad como “las injusticias que ha causado la crisis económica, con sus graves consecuencias sociales: precariedad, desempleo y despidos”, como dice un texto publicado por el Vaticano.
También hubo un recuerdo a “todas las madres que sufren por sus hijos lejanos, por los jóvenes condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, especialmente por los niños soldados”.
Además, recordando el sufrimiento de María, se mencionó a las “madres que velan en la noche, con las luces encendidas, temblando por los jóvenes abrumados por la inseguridad o en las garras de la droga y el alcohol, especialmente las noches del sábado”.
En las meditaciones también se “lloró” por “esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia que llevan dentro” y por todas las mujeres esclavizadas.
Fuente y foto: Telam