Turismo San Luis

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Fervor por el Indio
sábado, 12 abril de 2014 | 22:34

Una peregrinación partió de San Luis rumbo a Gualeguaychú

Pedir permiso en el trabajo, una osadía que en muchos casos se paga con horas extras, dejar a la novia o al novio, la familia, son algunos de los sacrificios que tuvieron que hacer para sumarse a la caravana que partió anoche a las 21.00 en seis micros: dos salieron desde la plaza del Carmen y seis desde el templo del rock Panacea. Todos con rumbo a Gualeguaychú para participar de una nueva misa del Indio Solari y sus Fundamentalista del Aire acondicionado.

Historias que se cruzan de padres, hijos y hasta yernos. Todos abrigados con una misma bandera, esa que Patricio rey y sus Redonditos de Ricota convirtieron en un ritual hace 36 años. Y Carlos “el Indio” Solari los vuelve a convocar religiosamente todos los años a desempolvarla. Pero este recital, el de Entre Ríos, seguramente quedará en la retina de todos los seguidores. Los sueñan con la vuelta, que ansían la foto de Solari y Skay Beilinson juntos arriba del escenario. En esta oportunidad no será Skay quien suba a las tablas pero, si, posiblemente tres de los integrantes de los Redondos: Walter Sidotti (Batería), Sergio Dawi (saxofón, armónica y piano) y Semilla Bucciarelli (Bajo), quienes participaron del último disco Pajaritos, bravos muchachitos.

Llegan buenas nuevas de los escondidos

Todo el ritual comienza con un anuncio, un anuncio que se esparce como a la velocidad de la luz. “Cuando me enteré que el Indio tocaba en Gualeguaychú, comencé a pensar como me iba a trasladar hasta ahí, que iba a decir en el laburo”, comenta Celeste de 26 años, con su remera lista, un buzo, zapatillas y una riñonera, “es todo lo que necesito”, dice mientras relojea  los dos colectivos que están estacionados en la Plaza del Carmen.

Daniel asegura, con una sonrisa que no le cabe en la cara, que cuando estaba en el recital de Mendoza el año pasado, ya estaba pensando en el próximo. “Hoy viajo con todos mis amigos”.

Daniel es uno de los puntanos que se suma a la peregrinación con destino a Gualeguaychú.

Daniel es uno de los puntanos que se suma a la peregrinación con destino a Gualeguaychú.

Así como en algunas religiones tienen que caminar kilómetros para cumplir una promesa, otras tienen como ley no comer carne, o encomendarse a un dios. En esta religión también hay que hacer sacrificios. Pasar frío, dormir pocas horas, bancarse kilómetros y kilómetros arriba de un colectivo, hacer filas y filas para entrar al estadio, dejar el trabajo, ajustarse con la plata para llegar.

“Yo tuve que hacer cuentas toda esta semana para separar lo que era la plata para mi hijo y para el viaje, que lo terminé de pagar hace un mes”, comenta Elías de 27 años. Pero no es el sacrificio más grande que tuvo que hacer, dejar al club de Ramón Díaz esa fue su elección más cruel que asumió. “No fui a ver a River para ir a ver al Indio, eso es bastante”. Aunque sube al micro enfundado en los colores de River.

No fui a ver a River para ir a ver al Indio, eso es bastante”, dice Elías.

“No fui a ver a River para ir a ver al Indio, eso es bastante”, dice Elías.

Leo tiene 28 años y antes de hablar pide que le saquemos una foto a el con su banda de amigos, junto a una bandera que reza: “Me ata un fuego y mi sueño duerme aquí”. Después de eso esta listo para contar su historia, como si hubiera tenido la necesidad de encapsular ese momento. “Yo no sabía si iba a viajar, por el trabajo y por la plata, pero a último momento se acomodo todo. Un compañero me regalo el franco de él y con la plata llegué justo”, dice Leo asegurando que ya pidió su milagro de hoy y se le cumplió.

A las 21.15 la expectativa, los nervios todo eso conjugado con el viaje hace que las horas no pasen más. Algunos matan el tiempo controlando si no se olvidan de nada. Otros colgando las banderas y luciéndolas, son las mismas que agitaran en el pogo.

Los micros salieron de la Plaza del Carmen y  Pancea.

Los micros salieron de la Plaza del Carmen y Panacea.

 Yesica tiene 27 años, es parte del grupo que parte hoy desde la plaza del Carmen rumbo a Gualeguaychú. “Yo tuve que dejar a mi novio en casa para ir a ver al Indio. Es la segunda vez que viajó, espero pasarla genial, llevó mi remera de siempre que me da suerte. Lo único que pido es que no haya ningún muerto, te juro”, dice Yesica con una fuerza en la mirada que solo puede ser cortada con un silencio.

Yesica asegura que viaja con la remera que la acompaña a todos los recitales. La de la suerte.

Yesica asegura que viaja con la remera que la acompaña a todos los recitales. La de la suerte.

 En Panacea la vigilia comenzó la noche anterior, el jueves. Al escenario del templo del rock subió la Yugular la banda tributo de Los Redondos. Muchos decidieron hacer causa común y esperar que caiga el día tan esperado en el bar.

Paulo el organizador del viaje de Patéticos viajantes.

Paulo el organizador del viaje de Patéticos viajantes.

De la puerta de Panacea el viernes a las 21.00 salieron seis colectivos de Patéticos Viajantes. “Van a reunir gente de Merlo, Villa Mercedes, Justo Daract de todo el interior y también gente de Río Cuarto que desde siempre viajan con nosotros-, explicó el periodista, Daniel Cayuman-. Estaremos llegando después del mediodía a las 14.00, porque es un viaje largo y allá en Gualeguaychú dejan entrar después de las 8.00 de la mañana por disposición de la municipalidad”.

Juanjo y Pelusa tienen una historia en común ambos tuvieron el lujo de ver a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. “Los sigo desde que tengo 13 años”, comenta Juanjo que hoy tiene 41 años.  Pero este recital es diferente tiene un plus extra, “llevó a mi hija Melina de 17 años. Está acá conmigo es algo que se trasmite”, dice Juanjo y no hay gesto que pague eso.

Juanjo firme en la puerta de Panacea, esperando la salida del micro junto a su hija.

Juanjo firme en la puerta de Panacea, esperando la salida del micro junto a su hija.

Pelusa, también lleva a su hija, pero en esta travesía agrega a su yerno. “En este viaje vamos a ver si entra a la familia, por ahora es “nuero” porque no llega a ser yerno”, afirma entre risas, con su mochila preparada y su remera de los Redondos.

Para Pelusa este es un viaje especial, ya que va con su hija y su yerno.

Para Pelusa este es un viaje especial, ya que va con su hija y su yerno.

Todos coinciden que el recital del sábado en el hipódromo de Gualeguaychú va a superar el del año pasado en Mendoza. “Va a faltar uno para que sean los Redondos por eso es especial”, comenta Pelusa quién asegura que no se ha perdido una misa.

Nota: Noelia Domínguez

Fotos: Luciano Grangetto