Semana Santa
La fe entre médanos y antiguas estaciones del ferrocarril
Con una distancia de 570 kilómetros desde Villa Mercedes hasta el Pueblo Ranquel, el circuito de la fe sureña, tupido de ermitas, además de parroquias invita a conocer lagunas, bosques de caldenes e isletas de chañares.
Al sur, donde antaño asistían espiritualmente los sacerdotes salesianos de La Pampa a los feligreses puntanos, destaca la capilla de San Luis Gonzaga, erigida en 1951, cuya fiesta patronal es el 21 de julio. Entre las ermitas del recorrido atrapan “Medalla Milagrosa”, además, en Nueva Galia con su medieval torre, “La Inmaculada Concepción”, luego en Unión, la devoción al “Divino Niño Jesús”, y en Navia, “la Virgen de Fátima”. Pero el aporte no ha sido netamente puntano, la Parroquia Santa Rosa de Lima, a pedido de sacerdotes italianos, se erigió en 1967, y la Iglesia San José (ex San Luis Rey), en el departamento Dupuy, a 265 kilómetros de la capital puntana, fue fundada en 1911 por una colonia de galeses.
Por el camino de la fe sanluiseña norte sobresalen en San Francisco del Monte de Oro, la iglesia San Francisco de Asís, construida a mediados del siglo XVIII( 1745-1750) y, entre el cruce de la ruta nacional 146 y 20, la parroquia Nuestra Señora de Luján, ordenada por el coronel Juan Francisco Loyola, uno de los fundadores del pueblo y defensor durante más de 40 años, también, en Luján, la parroquia San Juan Bautista, construida por el promesante Don Juan Tomás Montiveros. Ambas arquitecturas datan de 1800.
Una historia de amor, inspiró la edificación de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Villa General Roca, a 74 km de la capital puntana: Don Cipriano había sido apresado por invasores y su esposa prometió a la virgen erigirle un templo si él sobrevivía.
En dos localidades del norte sanluiseño, los movimientos sísmicos destruyeron iglesias. Nuestra Señora del Rosario en Quines fue una de ellas, y en Candelaria, donde los pobladores veneraban una imagen tallada por tribus originarias, Nuestra Señora de Candelaria.
Sin embargo, en ningún caso, mientras aguardaban las reconstrucciones, la fe de los católicos se resquebrajó.
Nota: Matías Gómez
Fotos: Héctor Videla- Luciano Grangetto- Cristian Bastias