Turismo religioso
Benditas entre todas
A 207 kilómetros de San Luis, en la Aguada del pájaro, mejor conocida sin su significado quechua como Santa Rosa del Conlara, el Medioevo baja desde la torre de la iglesia Santa Rosa de Lima, única por su estilo neogótico. Aunque no tiene gárgolas como Notre Dame de París u otras basílicas, la “casa de Dios”, según legajos matrimoniales, fue una viceparroquia en 1810 hasta que 63 años después se erigió como la tercera fundación de la, por ese entonces, diócesis de Cuyo.
Al centro provincial, en el departamento Pringles, la antiquísima capilla de Paso del Rey parece salida de una película del Señor de los Anillos. Si bien, por estar abandonada resulta obsoleta para el orador convencional, salvo para algún intrépido asceta, entre sus grietas permanece el misticismo. Para descubrirla, el turista debe tomar por ruta provincial 39, sortear pinturas rupestres, cañadas, pircas, resistir al hechizo del Valle de Pancanta y rastrear oro hacia La Carolina, a 38 km, tal como a quien honra este antiguo paso de mensajería: el Marqués de Sobremonte.
Consagrada por un cura de El Saladillo en 1867, junto con un panteón funerario, la capilla de Nuestra Señora del Rosario del Trono rememoraba iglesias de la Quebrada de Humahuaca y, antes de que el clima la esfumara, su campana llamaba a los mineros piadosos.
Nota: Matías Gómez
Fotos: Héctor Videla- Luciano Grangetto- Cristian Bastias