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“Me recibí como desarrolladora y a la semana conseguí trabajo”
La Universidad de La Punta no sólo ofrece carreras cortas con rápida inserción laboral. También brinda a sus alumnos la posibilidad de formar parte del Parque Informático La Punta (PILP). Mariela Costa Rilo (21), egresada de la tecnicatura en Desarrollador de Software – modalidad intensiva, es una de ellas.
A pocos días de recibirse, esta joven mercedina recibió una propuesta laboral de Sondeos, una de las 23 empresas radicadas en el Parque Informático. Hoy está efectiva y proyecta su futuro profesional dentro de San Luis, su provincia.
Mi vida en el campus
Mariela conoció la ULP por medio de su primo. Él fue quien le informó las facilidades que la casa de estudios provincial brindaba a sus alumnos, entre ellas, las residencias universitarias.
“Siempre que me preguntan qué fue fundamental durante mi paso por la ULP menciono a las residencias. Si no hubiera sido por esta posibilidad, yo no habría podido concluir mis estudios”, asegura. Y añade: “Vivir en las residencias me facilitó mucho las cosas; sólo tuve que dedicarme a estudiar. Los profesores estaban a nuestra disposición todo el tiempo para lo que necesitáramos”.
Pero la vida en el campus no sólo le sirvió para crecer en lo profesional sino, también, en lo personal. “En la ULP me hice muchos amigos. En la post-cursada aprendimos a convivir y compartimos experiencias de vida única”, explica.
El sueño del desarrollador: trabajar en el PILP
Mariela trabaja desde hace dos años y medio en Sondeos: una empresa radicada en el Parque Informático, que desarrolla aplicaciones mobile, tanto para el segmento masivo como para el corporativo.
Primeramente, ingresó como pasante por tres meses. Al poco tiempo, quedó efectiva. “Me parece súper importante el nexo que tiene la ULP con el Parque Informático. En mi caso, me recibí y a la semana tenía trabajo”, destaca la joven desarrolladora.
Mariela es un ejemplo de la exitosa vinculación lograda por la ULP con el sector productivo, inspirada en el Triángulo de Sabato. Este modelo procura articular al sector académico con el empresarial y el estatal, en pos de un sistema científico-tecnológico productivo.
El acompañamiento de los docentes
Con sólo 21 años, Mariela recibió su título como desarrolladora de software. “La modalidad intensiva tiene mucha carga horaria pero vale la pena. Con esfuerzo y dedicación es posible cumplir con todas las asignaturas”, confirma.
Según la joven programadora, esto no habría sido posible sin el apoyo de sus profesores. “En la ULP no sos un número como pasa en otras universidades: acá los profesores te conocen, hacen un seguimiento de tu progreso y te brindan clases personalizadas”, concluye.
Nota y foto: Prensa ULP