Todos a la Robótica

Así aprenden los chicos con los kits en la zona rural


El plan educativo impulsado por el Gobierno provincial no conoce de distancias. A principio de año, los kits llegaron a la Escuela N° 337 de Las Barrancas, en el departamento Pueyrredón. En esta nota, Héctor Correa, director y maestro de la institución, cuenta cómo sus 7 alumnos descubrieron en la robótica una nueva y entretenida forma de aprender.

Los chicos encontraron en la robótica una nueva y entretenida forma de aprender
Los chicos encontraron en la robótica una nueva y entretenida forma de aprender
Los chicos encontraron en la robótica una nueva y entretenida forma de aprender

Cada mañana, Héctor Correa toma la ruta N° 3 sur y recorre 27 kilómetros hasta llegar a la ruta provincial N° 32. Once kilómetros de camino de tierra lo separan de la localidad de Las Barrancas, en el departamento Pueyrredón, donde se encuentra la Escuela Rural N° 337 Independencia Argentina. Allí se desempeña como director, maestro de grado, pedagogo y ¡hasta cocinero! de los 7 alumnos que asisten diariamente a clases.

Rodeada de un entorno inhóspito, donde las sierras, los quebrachales y el caudal seco del Río Las Barrancas marcan el paisaje, esta escuelita se transforma en el punto de reunión de las familias que viven y trabajan en los campos aledaños. También es el puente que une a los chicos con la educación y las nuevas tecnologías, entre ellas, la robótica.

La llegada de los kits de Todos a la Robótica

Los kits de Todos a la Robótica, el plan educativo impulsado por el Gobierno provincial, a través de la Universidad de La Punta (ULP), llegaron a la Escuela Rural N° 337 en mayo de este año. La nueva herramienta generó curiosidad y entusiasmo en los chicos desde el principio.

“Cuando descubrieron las piezas del kit quedaron maravillados. Al principio, pensaron que iban a aprender a armar y programar robots capaces de hacer distintas cosas Luego entendieron que para llegar a eso tienen que aprender mucho antes; que todo forma parte de un proceso.”, asegura Héctor.

Cada semana, el maestro de la Escuela Rural N° 337 explora junto a sus alumnos las 116 actividades didácticas, que se ofrecen en la plataforma de Todos a la Robótica. Estas propuestas están basadas en los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios establecidos por el Ministerio de Educación y abarcan áreas como Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Tecnología, Formación Ética y Ciudadana.

Divididos en roles (líder, constructor y responsable de los materiales), los chicos de Las Barrancas han aprendido a trabajar en equipo, a tomar decisiones y ser creativos en pos del cumplimiento de un mismo objetivo. De este modo, han creado un reloj, una balanza, una torre, un molino de viento, entre otras construcciones.

“La robótica demostró ser un motor de escape que les permite salir del contexto cotidiano y explorar el conocimiento desde la motivación”, opina el docente.

Cuando la imaginación no tiene límites

La motivación alcanzada con los chicos es tal que, por estos días, llegan a la escuela una hora más temprano. Antes lo hacían para cargar sus compus y celulares -muchos de ellos no tienen electricidad en sus casas-; ahora lo hacen para explorar las piezas del kit y dejar volar su imaginación hasta la hora del desayuno.

“Algunos llegan mientras estoy preparando la copa de leche, buscan el kit y se ponen a repetir ejercicios o, bien, a construir nuevas cosas. A veces, están tan enganchados que me piden seguir trabajando durante el desayuno. No los para nada cuando se trata de resolver un problema para cumplir un objetivo”, asegura Héctor.

El director junto a los alumnos
El director junto a los alumnos
El director junto a los alumnos

Dos nuevos desafíos: programación y electrónica

Pero como la robótica no se limita al armado, el profesor Correa se capacita para dar un nuevo paso junto a sus alumnos: la programación y la electrónica. “Es el mayor desafío que tenemos. La ansiedad de los chicos es mucha y quieren empezar a programar los sensores y los motores para que sus robots se muevan y empiecen a hacer cosas”, asegura.

En paralelo a la capacitación dictada por la ULP, el profe se contactó con un exalumno de la Escuela Puertas del Sol -donde también se desempeña como bibliotecario- para conocer más sobre los secretos de la programación. Se trata de Maximiliano Gargiulo, integrante de Es Cuestión de Lógica, el equipo puntano que salió cuarto en la categoría Rescate de la RoboCup 2013.

“Le pedí a Maxi algunos consejos sobre programación para avanzar con los chicos. Si bien tengo varios años en manejo áulico con la computadora, la robótica me ha motivado a descubrir e investigar nuevos aspectos de la tecnología, para trabajar junto a mis alumnos”, confirma el docente.

Informes: [email protected] –Tel: 4452000 (interno 6177)



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