TESTIMONIOS DE ESPERANZA
El sueño de la casa propia comienza a concretarse en Dupuy
Esta tarde, 42 familias de Unión y Buena Esperanza participaron en Terrazas del Portezuelo de la firma de los decretos que dan inicio a las obras de sus viviendas.
El acto, encabezado por el gobernador, CPN Claudio Poggi, junto a la ministra de la Vivienda,Cecilia Lucero, contó además con la presencia de los intendentes Roberto Becerra, de Unión, y Carlos Espejo, de Buena Esperanza, como así también de funcionarios del gabinete, familiares y amigos.
Pero, sin lugar a dudas, lo más representativo de la actividad es la ocasión de conocer los testimonios de algunos de los beneficiarios de la política habitacional del Gobierno puntano.
Lorena Cuello es nacida y criada en Buena Esperanza. Tiene 31 años y junto a su esposo Ricardo Andrés, ya sueña la manera en la que sus hijos Jair, de ocho, y Ricardo, de seis, compartirán la casa nueva.
Con la ilusión de lograr el techo propio, Lorena se inscribió en el Plan Progreso hace poco más de un año y medio. Por falta de un lugar propio, ha tenido que alquilar desde que formó su familia.
Con una enorme sonrisa explicó cómo fue ese momento en el que le comunicaron la preadjudicación: “No lo podía creer. Cuando me llamaron pensé que me hacían una broma” y le advirtió aún incrédula a la empleada del Ministerio de la Vivienda: “Ojo, que con eso no se juega”, y al reconocer que lo que le decían era verdad, lloró de la emoción y es un momento que aseguró que no va a olvidar jamás.
Tiempo récord
Una vivencia similar le tocó experimentar a Paula Lucero de 36 años, también de Buena Esperanza. Ella sueña con habitar la casa nueva con su esposo Víctor y sus siete hijos: Michael de 17, Nazarena de 15, Brayan de 14, Elian de 13, Laureano de 12, Mirco de 10 y Valentín de apenas cuatro añitos. También ingresó al Plan Progreso y, como su amiga Lorena, ha tenido que alquilar.
Cuando la llamaron para confirmarle su preadjudicación sintió una alegría enorme: “Jamás me imaginé que me pudieran dar la casa tan pronto. Cuando nos inscribimos pensamos que íbamos a tener que esperar al menos unos cuatro o cinco años para tener nuestra casa propia”, y comentó sorprendida que además le parecía lógico, “si recién llevaba un año y medio pagando las cuotas”, explica feliz.
Debido a que posee una familia tan numerosa, ya está ahorrando para cuando le entreguen la casa el año próximo: “lógicamente vamos a ampliar un poco para darle más comodidad a los chicos – sobre ellos resaltó – todos se quedaron con ganas de venir a Terrazas por el acto, pero estaban en la escuela y eso también es importante”.
Para seguir creciendo
Para Mirna Sombra, de la localidad de Unión, saber que tendrá junto a su esposo Marcelo su casa propia en la Navidad del año próximo, la emociona inmensamente. Nacida en Batavia, a unos 80 km de Unión, esta madre de tres hijos: Maximiliano de 20, Fernanda de 21 y Nicolás de 17. La vida le dio un plus de alegría cuando su hija la convirtió en abuela de Aixa, que ya tiene seis meses.
“Cuando los chicos decidieron comenzar con sus estudios universitarios tuvimos que dejar nuestro hogar en Unión y venirnos a San Luis, porque no podíamos con dos alquileres. Ahora que sabemos que el año que viene tendremos nuestra casa propia, esa realidad tan dura va a cambiar absolutamente”.
Esos son algunos de los sacrificios que muchos de los preadjudicatarios que esta tarde recibieron sus certificados deben afrontar día a día, pero sabiendo que el sacrificio tiene un premio imposible de igualar: un hogar que legar a sus hijos para que afronten la vida con esperanza y amor.
Nota y fotos: María José Barroso – Prensa Ministerio de la Vivienda.
