¿Carne roja o carne blanca?

Según explican algunos portales dedicados al cuidado de la salud, “Somos lo que comemos”, nuestro cuerpo cambia en función de los alimentos que le proveemos. La carne es un alimento habitual de nuestra dieta, de hecho nos aporta gran cantidad de nutrientes aunque no se recomienda un consumo abusivo de ella, sino que lo ideal es consumirla unas cuatro veces por semana. Pero cuando lo hacemos nos surge la duda de si es mejor la carne roja o la blanca.

Todas las carnes, contienen proteínas de excelente calidad y una buena cantidad y variedad de vitaminas y minerales

Si querés alimentarte mejor y que tu familia esté sana, te explicamos a continuación las propiedades y las diferencias de las carnes, para que hagas la elección de la manera más inteligente y puedas armar vos mismo la dieta ideal.

¿Cuál es cuál? – Las diferencias

Según indica un artículo del diario Eroski Consumer, portal especializado en alimentación, “El hierro, las purinas, la grasa y el sabor son los principales aspectos que diferencian una carne de otra”.

El primer paso para poder elegir es identificarlas. En el mercado encontramos ambas variedades de carne, pero muchas personas no saben determinar sus diferencias.

Las carnes rojas concentran más hierro

La carne roja incluye la carne de ternera y cordero. También las vísceras, como los riñones, el hígado y el corazón, se consideran carnes rojas.

La carne roja tiene ese color porque su contenido en mioglobina es alto. La mioglobina es una proteína que se encuentra en el músculo y es de donde nuestro organismo obtiene el hierro. La carne roja contiene altas dosis de hierro, muy beneficioso para el correcto funcionamiento del organismo y de fácil asimilación por parte de nuestro cuerpo. Esto hace que la carne roja sea muy recomendable para mantener unos buenos niveles de hierro.

Aunque la carne roja es muy adecuada para combatir la anemia, tomada en exceso puede provocar mayor riesgo de padecer enfermedades del corazón

WedMD, otro de los portales consultados, especializado en salud, asegura que ante la falta de hierro en la sangre, deficiencia que conocemos como anemia, la ingesta de alimentos ricos en el mismo puede ayudar. Las carnes rojas figuran primeras en la lista.

Pero no todo es beneficioso con la carne roja. El portal también señala que algunas carnes rojas tienen un alto contenido de grasa saturada, lo que puede elevar el colesterol en la sangre e implicar un mayor riesgo de padecer enfermedades del corazón. Es un tipo de carne que nos aporta más calorías, y un consumo abusivo puede causar enfermedades cardiacas y aumentar los niveles de ácido úrico. Es por esto que debemos limitar su consumo. No se puede comer todos los días este tipo de carne, ya que nuestra salud puede verse resentida.

Las carnes blancas son menos grasas y pueden consumirse unas 3 ó 4 veces a la semana

La carne blanca es aquella que, en contraposición a la carne roja, presenta una coloración menos rojiza, se trata de una carne más pálida. La carne de pollo es la más consumida de entre las carnes blancas, sin embargo, las carnes de pavo o conejo son también consideradas carnes blancas.

La carne blanca por el contrario no contiene las mismas cantidades de hierro que las rojas. Sí es una carne rica en proteínas de alto valor biológico, por lo que es muy buena para mantener a nuestros músculos alimentados. Lo más importante de la carne blanca es su bajo aporte graso. Apenas tiene grasas saturadas y colesterol, lo que la convierte en una carne aliada de nuestra salud. Además, nos aportará menos calorías y su digestión es más rápida y eficaz. Por este motivo, la carne blanca debe estar presente habitualmente en nuestra dieta.

La carne de pollo es la más consumida de entre las carnes blancas

¿Y el sabor?

Acá radica el fanatismo de muchos argentinos. La carne roja tiene más sabor. “La jugosidad que aporta la grasa a las carnes rojas, así como la sangre y los jugos que desprende si se cocina al punto, hace que este tipo de carnes resulten más sabrosas que las carnes blancas”, explica Eroski Consumer.

El secreto está en la mezcla

Desde luego que debemos consumir los diferentes tipos de carne, ya que nuestro cuerpo necesita recibir todo tipo de nutrientes para funcionar correctamente.

La carne es una buena fuente de proteínas y puede ser parte de una dieta balanceada sana

Todas las carnes, tanto las rojas como las blancas, contienen proteínas de excelente calidad y una buena cantidad y variedad de vitaminas y minerales. Además, el consumo moderado de este grupo de alimentos contribuye a un buen estado de salud y al crecimiento y desarrollo de los tejidos, así como a la prevención de enfermedades como la anemia y la desnutrición, indica Eroski Consumer.

Una buena opción es el consumo equilibrado de los dos tipos de carne, ya que es una forma de obtener lo bueno de cada una de ellas. La Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas aconseja comer una amplia variedad de carnes rojas y blancas retirando la grasa visible.