Nafta de Avión
El rock puntano vuela alto
Cinco músicos, una pieza de ensayo. Todos influenciados por el rock y por el desafío de crear sus propios temas. Una mirada nueva sobre el panorama musical en la provincia.
18:20 marcaba el reloj, en la calle la gente huía por miedo a quedar calcinada, es que a esa hora el sol pegaba con más fuerza. El ruido de los colectivos, unos que partían y otros que regresaban, le ponían sonido a la calle. “Vámonos y dejemos el hostil verano atrás”, dice la letra del tema Fronteras- pero el hostil verano recién está mostrando sus uñas-, este es el primer corte de difusión de la banda que venimos a entrevistar, Nafta de Avión.
Con Luciano Grangetto, el guitarrista, estamos en la vereda esperando que se reúna la manada para ensayar- Martín Alonso (voz), Leandro Wiedeman (baterista) y Patricio Ramírez (bajista), en los shows también se suma Diego Tello (tecladista) -. Agustín Ramírez (guitarra y coros), dueño de la casa, nos abre la puerta. Un aire setentista se despliega del decorado, un tocadiscos, libros y una escalera enorme que lleva a la cocina misma del grupo: el lugar de ensayo. El balcón que da a la calle ilumina la pieza y los instrumentos delimitan el terreno.
“Nos comenzamos a juntar, así, un día como hoy. Armamos los temas y empezamos a ensayar. Nos vemos las caras dos o tres veces por semana. Vamos de a poco, pero estamos”, dice Agustín.
Entre tocadas con la Yugular, la banda tributo de los Redondos de Ricota, y las ganas de generar cosas propias, pasó ya un año. “Con Martín el verano pasado estuvimos preparando algunos temas y surgió la idea de hacer la banda. Estaba mi hermano, que siempre que lo llamábamos se prendía, y también hablamos con Luciano. Yo tenía que aprovechar que tenía al batero y al guitarrista de la Yugular. Entonces hablamos todos y empezamos a zapar”.
¿Cómo surgen las letras?
-Martín y Agustín comenzaron, dice Luciano.
-Cuando nos juntamos nos vamos tirando temas con Martín, como una especie de laboratorio, – dice Agustín-. Usamos mucho las redes sociales, entonces cuando venimos a ensayar ya tenemos una base. Últimamente estamos aportando todos. La semana pasada Lucho tiró una idea y quedó.
-Así se va gestando una identidad del grupo, agrega Martín.
Estoy pensándote despierto y no se por donde voy/
Cruzaste las fronteras de mi cuerpo y tiemblo sin parar/
En un refugio de tormenta se silencian tus latidos/
Y se alejan los sonidos cuando ves llegar el sol…
Las palabras son disparadoras de miles de imágenes
“Nuestras letras no son cerradas. No somos de escribir sobre una temática en particular; por ejemplo, vas a escuchar de la chica que lo dejó, y eso puede ser pensado de otra forma. Hay varias formas de enfocarlos y después esta la interpretación de cada uno”, comenta Agustín y el resto del grupo aprueba con la cabeza.
Acordes que destilan Rock
Un quinteto que creció escuchando discos de rock pero también sintieron la influencia del blues, tango y algo de pop.
“Con Luciano y Leo estamos tocando en la Yugular, que no la usamos como influencia, pero a veces nos pasa que decimos: ‘Uh esto está sonando medio redondo’, algunas cosas van quedando”, relata Agustín. Y agrega: “Más que nada tenemos marcado el rock. También algo de pop, sobre todo de Gustavo Cerati. Pero no somos una banda de pop”.
La primera puerta
A finales de agosto, Nafta salió al ruedo: debutó como banda en Komodo. Esa primera aventura arriba del escenario los afianzó como grupo, aseguran.
Tocaron dos veces en el concurso “Vení Escúchame”. Un certamen que reunió a 24 bandas locales. En cada una de las cinco veladas, los grupos dejaron todo sobre el escenario de Komodo. “Hacía mucho que veníamos con los ensayos y teníamos que salir a la cancha”, dice Martín.
Pero la presentación que más esperan, como ese bautismo de fuego, es la del 15 de noviembre en el templo del Rock, Panacea.
En el álbum que están armando se respira un aire de creación colectiva. Y si dicen que para muestra solo sirve un botón, basta con echar un vistazo al tema “Fronteras” que está colgado en You Tube.
“Estamos pre produciendo el disco con temas propios. Tenemos hasta el momento entre ocho temas, la idea es tener entre 13 y 14 canciones. A veces nos pasa que nos ponemos de novio con el tema y después queda de lado”, comenta Agustín.
El panorama del rock acá en San Luis
“Hay muchas bandas ahora en San Luis, creo que nunca se vieron tantas y que hayan surgido tan rápido. Se le está dando importancia desde el lado de los músicos e incluso creo que ahora hay un gremio, SADEM – comentó Agustín-. Las organizaciones también le están dando bolilla, están trayendo bandas de afuera que es bueno, que la gente las oye y las quiere ver, pero por ahí falta un poco de espacios físicos, para que toquen bandas acá en San Luis, que no pasa simplemente por los bares del microcentro; ya que hay lugares donde uno no puede ir a presentar su música por las condiciones del bar. Eso de mi parte es lo que faltaría”.
“Hay pocas excepciones, Panacea sería una de esas. En los demás lugares la banda forma parte del negocio del bar, entonces si vos hacés temas propios todo el tiempo no vende, a no ser que seas una banda reconocida, entonces es difícil ese lugar”, acotó Luciano. Y Martín cerró la idea: “Me parece que faltan espacios, pero de a poco se va gestando la movida local”.
¿Creen que estos sellos discográficos nuevos que están surgiendo ayudan a las bandas de San Luis?
“Sí, siempre que haya un lugar así será bueno para las bandas. En el caso de la Casa de la Música hemos tenido mucha suerte de vivir acá en San Luis, está bueno tener un león así de cerca. Es una fábrica de música que está a 90 km, es el único estudio público. Los otros, si no tenés toda la plata, se complica”.
El futuro es incierto, pero ellos tienen en claro que quieren seguir en el camino haciendo parada en cada escenario. “Es difícil salir, pero es cuestión de agarrar la ruta y hacer contacto”, aseguran.
Nota: Noelia Domínguez
Fotos: gentileza Nafta de Avión