A 20 años de la muerte de Federico Fellini
Un artesano que llevó a sus personajes a esa polaridad entre lo impecable y lo irracional
Todas sus películas tuvieron ese sello de la carne propia. Amacord, Los inútiles, Ocho y Medio y La Strada destilan ese tinte. “Una perla no es más que la autobiografía de una ostra”, decía Fellini.
Nació el 20 de enero de 1920, en Rímini una ciudad turística al margen del mar, donde predomina la influencia romana. Desde muy chico lo atrapó el mundo del circo. Las escapadas de su casa eran recurrentes cada vez que una carpa se levantaba en su pueblo. Esos personajes coloridos que llegaban en sus carromatos para revolucionar al vecindario y acercarlo a ese otro mundo lleno de magia, le llamaban la atención. En los payasos reconoció aquella bipolaridad de esas caras blancas y risas desquiciadas, donde se conjuga el inconsciente y el consciente. Ellos experimentan la alegría y el llanto sin limitaciones. Son los transgresores mismos de la humanidad.
En el universo Fellini está presente todo el tiempo esta transgresión, donde la humanidad, se puede decir está dividida en dos: el clown blanco y el Augusto; el amo y el siervo; el integrado y el Rebelde; el rico y el pobre; el cuerdo y el loco. Basta con hacer un recorrido por sus películas: I Clowns (1971), La Strada (1954), Amacord (1973) y Ocho y Medio (1963). El espectáculo, con la música, el humor, la melancolía y la sátira. Él se rebela contra la tragedia. Utiliza el lenguaje del cine para ser portador de este nuevo sentido, que da forma a esta realidad trágica que al mismo tiempo es gozosa y festiva.
Aparte del circo en su infancia lo atrapan las películas de Charles Chaplin y los comics humorísticos estadounidense. “Es evidente que la lectura intensa de esas historias, en una edad en que las reacciones emotivas son tan inmediatas y frecuentes condicionó mi gusto por lo fantástico, la aventura, lo grotesco y lo cómico. En este sentido es posible encontrar una relación profunda entre mis obras y los cómics norteamericanos. De sus estilizaciones caricaturescas, de sus paisajes, de los personajes siluetados contra el horizonte, me han quedado imágenes felizmente chocantes, imágenes que de vez en cuando vuelven aflorar y cuyo recuerdo inconsciente ha condicionado el elemento figurativo y las tramas de mis películas”, decía el director.
Nadie puede escapar de su contexto
A los cinco años sus padres Ida, una mujer de principios romanos y Urbano, un comerciante que se la pasa viajando de pueblo en pueblo ofreciendo sus productos, deciden enviar a Federico a un colegio de monjas. En 1925 el fascismo se consolida como un régimen en Italia. Esas aguafuertes de niñez están presentes en la película Amacord (1973).
Le gustaban las lecturas y los dibujos de Félix El Gato, Bibí y Bibó, en su adolescencia leía a Emilio Salgari, Conrad, Edgar Allan Poe. Siempre fue un lector compulsivo.
A los 17 años comienza a trabajar como ilustrador en la revista La Diana, de la ópera Nacional Balilla de Rímini. Sus dibujos llevan su firma: Av. Fellini Federico. La Av. ya era un proyecto político ´Avanguardista´ (vanguardista).
Federico se hace conocido por la ciudad y el gerente de un teatro lo contrata para que dibuje los pósters de actores famosos que adornan la entrada del cine.
En el ambiente conoce al pintor Demos Bonini con el que hace sociedad para retratar a veraneantes. Pero él iba por más, sabía que para irse de Rímini no eran suficientes las ilustraciones, así que envía chistes y viñetas a periódicos políticos- satíricos fuera de su ciudad natal.
A los 19 años Fellini llega a Roma. “Un joven caricaturista moreno delgado, en traje de lino blanco, se apea del tren le pasa la maleta la mozo de la estación que parece un viejo clown. El joven abre los ojos como Alicia en el País de las Maravillas: desfilan curas, soldados, monjas, vendedores, carabineros, marineros, mujeres, etc.”, ese trozo de su historia esta retratado en una de sus películas.
A los pocos meses de llegar a la gran cuidad entra a trabajar en la principal revista satírica de Italia, que se llamaba Marc´Aurelio. Él llama a su oficio de escribir:”Cronista de novela”. En esas viñetas urbanas desfilan los personajes que habitarán sus películas. En sus crónicas mezcla el tono íntimo y confidencial con el humor y una cruel auto burla.
Los sueños son el cinematógrafo de los pobres
En 1941 Fellini descubre el vaivén de la radio desde adentro y con ella entra al mundo del espectáculo. Las crónicas que trasmite se presentan con una consigna: “Los sueños son el cinematógrafo de los pobres”. Entre los intérpretes de sus personajes conoce a su mujer Guilietta Massina. El noviazgo duró unos poco meses, la pareja se casa en 1943. Tuvieron un solo hijo Pier Federico, que muere a los 12 días de su nacimiento.
Guilietta fue la musa inspiradora de alguna de sus películas: La Strada (1954), Las Noches de Cabiria (1957), Giulietta de los Espíritus (1965), Apuntes de un Director (1969), Ginger y Fred (1986).
En los años cuarenta la guerra europea se expande por toda Italia. Los soldados alemanes hacen redadas en Roma con el apoyo de las fuerzas fascista. Entre la deserción, los dibujos y los gags, Federico sobrevive al paredón.
El encuentro Neorrealista
Federico conoce a Roberto Rossellini, uno de sus grandes inspiradores, de su mano se adentra en el séptimo arte y comienza a transitar el oficio. El encuentro fue en 1944. Rosellini, que para ese entonces ya era un director consagrado, se detiene en una vidriería de un extraño establecimiento, que se llamaba ´The Funny Face Shop´. En su interior se encontraba Fellini haciendo un retrato de un soldado norteamericano.
En 1946 el propio Rosellini lo contratará como guionista de su película ´Roma Ciudad Abierta´ uno de los primeros títulos del neorrealismo italiano.
Por temperamentos se distanciaban: Rossellini era un hombre de aventuras transcontinentales, cambios de mujer, viajes a la India y al centro futurologístico universitario de Houston, con un hambre insaciable de conocimiento científico. A Fellini en cambio le gustaba: la cultura popular, la superstición, los sueños, los recuerdos de la infancia, las fiestas populares y la música con aire a carrusel.
En esa época entre 1942 y 1951 nace el neorrealismo italiano. No existe manifiesto como en otros movimientos, que si tienen sus leyes plasmadas. Esta nueva realidad se gesta dentro del contexto del fin de la guerra mundial. Los cineastas de la época rechazaban el mundo propuesto por las películas de la industria. Ellos proponen sacar las cámaras afuera, es decir, salir de los estudios, escenarios naturales, imágenes de una fotografía más cruda, en donde la mayoría de los actores no eran profesionales. En una palabra querían documentar la realidad.
El contexto era una Italia destruida por la guerra, por eso esa necesidad de salir a grabar en los escenarios naturales. Se utilizan planos-secuencia -todo en una sola toma-, para lograr fundir al personaje en el ambiente. Nace acá el concepto de autor, el director deja de ser un empleado de la industria del cine y pasa a crear a tener sello propio. En este movimiento se encuentran: Rosselini, Visconti, Vittorio De Sica y el primer Fellini que tomó como base esta corriente.
Fellini descubre su oficio
Después de diez años dedicado a la escritura de guiones. Federico debuta como co- director con Luttuada, en Luces de Variedades (1950). Es el dibujo de la vida de cómicos y bailarines de teatros que agoniza ante las pantallas de cine cada vez más grandes y coloridas.
Un año después llega su segunda película El Jeque Blanco (1951): es un retrato de oro de un mundo en agonía. Una comedia de 86 minutos de duración, rodada en blanco y negro con música alegre de Nino Rota. El papel del Jeque lo interpreta Alberto Sordi.
En los años cincuenta los films de Fellini alcanzan gran prestigio, su nombre empieza a jugar en la liga de los grandes directores italianos.
Ese ambiente de posguerra que se respiraba por esos años : con sus artistas pobres haciendo números callejeros, cómicos de variedades, las mujeres con diferentes atuendos y los hombres con sus vicios, están presentes en: El amor de la Ciudad (1953), La Strada (1954), Almas sin conciencia (1955) y Las noches de Cabiria (1957).
El escritor y pintor que soñaba consagrarse al periodismo se ha perdido en el engranaje del cine y ya no puede escapar. Sus películas se convierten en acontecimientos culturales.
De 1954 se desprende La strada, que cuenta la historia de Gelsomina, una chica harapienta mitad fraile, mitad payaso que es vendida a un gitano, el cual recorre pueblos y ferias rompiendo cadenas con su pecho.
Yo encuentro, pero sigo buscando
En 1960 aparece La dolce vita, se podría decir que esta película marca la transición entre el viejo y el nuevo Fellini.
La dolce vita es como un cuadro cubista donde conviven los sueños: mezcla de juego, imágenes inconexas, ironías confesiones, miedos y recuerdos. Un falso milagro, una Venus, Anita Ekberg bañándose en las aguas de la Fontana Di Trevi. La historia se centra en las aventuras de un reportero en Roma. De acá surge la palabra paparazzi que es un derivado que se originó por paparazzo, el fotógrafo amigo del periodista que es interpretado por Marcelo Mastroianni, el actor fetiche del director.
“¡La vida es una fiesta, vivámosla juntos!”
Ocho y medio (1963) es el cine dentro del cine bajo la las leyes de Fellini. Se podría decir que es un relato psicológico sobre lo que puede generarse en el interior de una persona y la crisis existencial. Refleja todos los pesares que debe pasar un artista para plasmar su obra. Utiliza sueños, relatos sin sentido aparente, cuya conexión consiste en lo que le ocurre al personaje de Mastroianni, Guido Anselmi.
Hay una fuerte crítica a las instituciones y a la sociedad que se muestra egoísta. En una de la escena las personas miran indiferentes como Anselmi -el alter ego de Federico- se ahoga, como si no les importara, cada uno vive en su mundo.
La ironía y las contradicciones están a flor de piel en cada escena. Anselmi que en toda la película critica a la iglesia, en el final se inclina y besa las manos del cardenal.
Cada cuadro de ocho y medio es hilado con la música de Nino Rota quién supo acompañar y interpretar el lenguaje ´Fellinesco´.
En Amacord (1973) confluyen los recuerdos de su vida en Rímini, las amarguras, lo grotesco y la risa. Es una sátira que pinta la infancia y juventud de Fellini. Es considerada una de las películas más personales. Muestra una Italia entre guerra y plagada de fascistas.
El maestro y su reconocimiento
Federico subió cuatro veces a recibir la estatuilla dorada, las cuatro veces fueron por mejor película extranjera: La strada, Las noches de Cabiria, Ocho y medio y Amacord. El 29 de marzo de 1993 recibió el Oscar honorario de manos de Sophia Loren y Marcelo Mastroianni. Siete meses después, el 31 de octubre, el gran trovador del cine muere en Roma. Dejándonos para siempre su huella en cada una de sus 24 películas que traspasan la barrera de los años.
El mundo Fellini
Como director:
- Luci del varietà (Luces de variedades) (1950)
- Lo sceicco bianco (El jeque blanco) (1951)
- I vitelloni (Los inútiles) (1953)
- L’amore in città (Amor en la ciudad) (1953)
- La strada (1954)
- Il bidone (Almas sin conciencia/El cuentero) (1955)
- Le notti di Cabiria (Las noches de Cabiria) (1957)
- La Dolce Vita (íd.) (1960)
- Boccaccio 70 (Boccaccio ’70) (1962)
- Otto e mezzo (8 ½) (1963)
- Giulietta degli spiriti (Giulietta de los espíritus / Julieta de los espíritus) (1965)
- Tre passi nel delirio (Historias extraordinarias) (1968)
- Block-notes di un regista (1969) — TV
- Satyricon (Fellini Satyricon) (1969)
- I clowns (1971)
- Roma (Roma de Fellini) (1972)
- Amarcord (1973)
- Casanova (1976)
- Prova d’orchestra (Ensayo de orquesta) (1978)
- La città delle donne (La ciudad de las mujeres) (1980)
- E la nave va (Y la nave va) (1983)
- Ginger e Fred (Ginger y Fred) (1986)
- Intervista (Entrevista) (1987)
- La voce della luna (La voz de la luna) (1990)
Guionista
- Lo vedi come sei… Lo vedi come sei? de Mario Mattoli (1939)
- Imputato alzatevi! de Mario Mattoli (1939)
- Il pirata sono io! de Mario Mattoli (1940)
- I cavalieri del deserto de Gino Talamo y Osvaldo Valenti (1940)
- Avanti, c’è posto de Mario Bonnard (1942)
- Quarta pagina de Nicola Manzari (1942)
- Campo de’ fiori de Mario Bonnard (1943)
- Apparizione de Jean de Limur (1943)
- L’ultima carrozzella de Mario Mattoli (1943)
- Tutta la città canta de Riccardo Freda (1945)
- Roma, ciudad abierta (Roma città aperta) de Roberto Rossellini (1945)
- Chi l’ha visto? de Goffredo Alessandrini (1945)
- Camarada (Paisà) de Roberto Rossellini (1946)
- Il passatore de Duilio Coletti (1947)
- Il delitto di Giovanni Episcopo de Alberto Lattuada (1947)
- Senza pietà (Sin piedad) de Alberto Lattuada (1948)
- El molino del Po (Il mulino del Po) de Alberto Lattuada (1948)
- El amor (L’amore) de Roberto Rossellini (1948)
- En nombre de la ley (In nome della legge) de Pietro Germi (1949)
- Il cammino della speranza de Pietro Germi (1950)
- Luces de variedades (Luci del varietà) (1950)
- Francisco, juglar de Dios (Francesco, giullare di Dio) de Roberto Rossellini (1950)
- La città si difende de Pietro Germi (1951)
- Cameriera bella presenza offresi… de Giorgio Pastina (1951)
- Il brigante di tacca del Lupo de Pietro Germi (1952)
- El jeque blanco (Lo sceicco bianco) (1951)
- Europa ’51 de Roberto Rossellini (1951)
- Los inútiles (I vitelloni) (1953)
- L’amore in città (1953) — episodio Un’agenzia matrimoniale
- La strada (1954)
- Alma sin conciencia (Il bidone) (1955)
- Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria) (1957)
- Fortunella de Eduardo De Filippo (1958)
- La dolce vita (1960)
- Boccaccio ’70 (1962) — episodio Le tentazioni del dottor Antonio
- Fellini 8 ½ (8 e ½) (1963)
- Julietta de los espíritus (Giulietta degli spiriti) (1965)
- Tre passi nel delirio (1968) — episodio Toby Dammit
- Block-notes di un regista (1969) — TV
- Noches en la ciudad (Sweet Charity) de Bob Fosse (1969)
- Satyricon (Fellini Satyricon) (1969)
- I Clowns (1971)
- Roma de Fellini (Roma) (1972)
- Amarcord (1973)
- Casanova (1976)
- Prueba de orquesta (Prova d’orchestra) (1978)
- La ciudad de las mujeres (La città delle donne) (1980)
- Y la nave va (E la nave va) (1983)
- Ginger y Fred (Ginger e Fred) (1986)
- Entrevista (Intervista) (1987)
- La voz de la luna (La voce della luna) (1990)
Nota: Noelia Domínguez
Video: Domínguez-Rosas
