MUNDOS IMAGINARIOS
Existencia y memoria: 30 años de “El entenado”
Por Rocío Celeste Grañó
…dormíamos, a la intemperie, casi aplastados por las estrellas.
Esta novela de Juan José Saer fue publicada por primera vez, de manera simultánea, en México y Buenos Aires en diciembre de 1983. Desde entonces se ha convertido en una de las más grandes creaciones del escritor santafecino.
El entenado* narra la historia de un joven grumete español que emprende una travesía hacia el Nuevo Mundo, a principios del siglo XVI. En una misión expeditiva, él, el capitán y algunos tripulantes llegan a las costas de lo que ahora se conoce como el río Paraná. Allí se encuentran con la tribu colastiné, que apresa al joven y mata al resto para luego comérselos en un rito caníbal.
El grumete, del que no se conoce el nombre, pasa diez años conviviendo con los indios colastiné, quienes lo llaman def-gui. En la lengua de esta tribu, esa denominación significa, principalmente, ‘testigo’. Debido a la concepción que los colastiné tienen del mundo, necesitan de un observador, un testigo que hable de ellos y los recuerde, cuando ya no estén presentes, para que su ser no se pierda en el caos, en la masa amorfa e indefinida del mundo que los rodea, para que su existencia no caiga en el olvido.
Y esto es lo que hará el protagonista. La novela es una suerte de memoria a través de la cual, luego de sesenta años de los hechos ocurridos a orillas del Paraná, el narrador-protagonista relata su vida en función de esos diez años junto a la tribu, reflexiona acerca de ese periodo de su vida que tanto lo marcó, al punto de no poder mirar las estrellas sin recordarlo.
Así comienza El entenado:
De esas costas vacías me quedó sobre todo la abundancia de cielo. Más de una vez me sentí diminuto bajo ese azul dilatado: en la playa amarilla, éramos como hormigas en el centro de un desierto. Y si ahora que soy un viejo paso mis días en las ciudades, es porque en ellas la vida es horizontal, porque las ciudades disimulan el cielo. Allá, de noche, en cambio, dormíamos, a la intemperie, casi aplastados por las estrellas. Estaban como al alcance de la mano, y eran grandes, innumerables, sin mucha negrura entre una y otra, casi chisporroteantes, como si el cielo hubiese sido la pared acribillada de un volcán en actividad que dejase entrever por sus orificios la incandescencia interna.
Sobre el autor
Juan José Saer es considerado uno de los mejores escritores argentinos del siglo XX. Nació en la provincia de Santa Fe en 1937 y murió en París en 2005. Entre sus novelas más importantes se encuentran El limonero real (1974), El entenado (1983), Glosa (1985) y una novela póstuma incompleta, La grande (2005). También ha escrito cuentos y ensayos.
* Entenado, da: Según el DRAE, significa ‘hijastro’. Proviene de antenado y ésta, a su vez, del latín ante natus, ‘nacido antes’.