Ana Karenina, una nena campeona en Las Vegas
Es responsable y por eso no le gusta faltar a ningún entrenamiento de baile, salvo que tenga el cumple de alguna amiguita o mucho para estudiar. Ana Karenina Valenzuela Kremnitzer tiene 10 años y como a cualquier nena de su edad le gusta ver la tele, ir al cine y escuchar la música de moda; pero nada le gusta más que bailar y crear coreografías, aunque sabe bien que esta pasión no significa un juego; tal vez porque cuando sea grande le gustaría ser bailarina.
El entrenamiento la llevó a la competencia y hoy forma parte de un grupo que ya conoció el éxito en Liberty Gym con la gimnasia artística deportiva. Por segunda vez le tocó vivir la experiencia de viajar a Las Vegas para competir con chicas de todo el mundo que hacen lo mismo que ella, bailar coreografías. Sólo que esta vez estuvo entre las mejores de la Grupal Deportiva Infantil y se trajo a San Luis una medalla de oro después de competir con equipos de Colombia y China. Y en Trío Infantil B, la puntana y sus compañeras obtuvieron la medalla de bronce, en una categoría en que la se batieron a duelo con Japón y Estados Unidos.
Cuenta orgullosa su experiencia de conocer Estados Unidos pero sobre todo la posibilidad de competir con grandes potencias del ritmo artístico. Cursa el 5° grado en el Instituto San Agustín y a su regreso se llevó los aplausos y las felicitaciones de todos sus compañeros. Es muy ordenada con sus tareas y sus trabajos en clase, según cuentan sus maestros.
Comenzó a bailar cuando tenía 5 años y hoy con 10 sabe bien los que significa el baile para su vida: “Es lo que más me gusta hacer, disfruto y me divierto; pero no lo veo como un juego y por eso no me gusta faltar nunca a las clases”. Ana es el ejemplo clave de que cuando los chicos hacen alguna actividad que les genere una pasión, no entienden ni sienten el sacrificio.
Además de hacer las tareas, a veces le gusta mirar Los Simpson y Violetta; y otras escuchar a Justin Bieber o Jennifer López. Los entrenamientos, que según las competencias se duplican en tiempos y días, requieren ensayos de al menos dos o tres días semanales. Como niña, sabe que hoy seguramente recibirá regalos: “Pero no pedí nada, que me regalen lo que puedan”, destacó. El viaje y todo lo que vivió fuera de San Luis, significó ya un gran regalo.