Entre la tierra y el cielo, Rayuela
El pasado 28 de junio se cumplieron 50 años de la publicación de Rayuela, de Julio Cortázar (Bruselas 1914 – París 1984).
De adelante para atrás, de atrás para adelante, del centro hacia afuera, siguiendo la grilla. De estas y de tantas otra maneras se puede leer esta novela, este clásico de la literatura argentina y universal publicado por primera vez un 28 de junio de 1963.
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Rayuela de Julio Cortázar expone y explota de manera excepcional una cantidad de recursos literarios y estilísticos que han hecho de ella una antinovela, por romper con las formas tradicionales de la literatura realista y de corte psicológico. Rompe con el comenzar-por-el-principio porque sus 155 capítulos permiten que el lector empiece por donde quiera, o mejor, por donde el azar quiera, esta poderosa fuerza es la que hace que la “casualidad” los encuentre a Horacio y la Maga.
“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. Los personajes vagan por las calles de París. El relato es en sí mismo un vagar, un pernocte entre las distintas historias, las distintas formas del amor, los celos, el jazz, las búsquedas de los personajes, y las reflexiones y cuestionamientos intelectuales y poéticos del narrador.
Esta antinovela es la búsqueda de nuevas formas de contar, nuevas formas de decir el mundo, y es, a su vez, la búsqueda de la condición humana, la pregunta por la existencia. En este sentido, filosofías occidentales, como el Existencialismo, y orientales, como el Zen, convergen para dar respuesta a esos interrogantes.
Rayuela, la mejor y más apasionante forma de alcanzar el cielo.
