Aprender de los errores y pensar en la revancha
El equipo puntano enfrentó muchos problemas técnicos durante la competencia. Aun así, comprendió que la experiencia enseña y que las segundas oportunidades no son imposibles.
Con los pies en la Argentina y la cabeza todavía en Europa, los seis chicos sanluiseños que representaron al país en la RoboCup 2013 disfrutan por estas horas del reconocimiento de sus familias, amigos, profesores y toda la provincia de San Luis.
Mientras Es cuestión de lógica, el cuarto mejor equipo del mundo en la categoría Rescate, cae en la cuenta del puesto alcanzado, los chicos de Fénix Team –salieron 22° en la tabla general- coinciden en que es tiempo de hacer un balance de su experiencia.
En los tres días que duró la competencia, Fénix, el robot de Andrés Córdoba (16), Ezequiel Córdoba (14) y Javier Silva (18), tuvo muchos problemas técnicos. “Era muy largo. Tenía dos centímetros de más y esto lo hacía chocar contra todas las paredes”, describe Andrés, el capitán del equipo.
Las fallas no desalentaron a los chicos, quienes con la ayuda de sus compañeros de Es cuestión de lógica, hicieron lo imposible porque su robot rindiera de la mejor manera en las rondas restantes. “Todos los días pensábamos algo nuevo para que anduviera mejor. Una noche, por ejemplo, nos quedamos haciendo modificaciones, que afectaron una parte del circuito”, asegura Javier.
Como resultado del trabajo en equipo, Fénix sufrió varias mutaciones. “Empezamos con un robot muy bonito y ordenado, con cables envueltos en precintos y placas presentadas con abrojos. Al segundo día, parecía una bola de cables y plaquetas amontonadas”, recuerda entre risas el capitán de Fénix Team.
El equipo hizo lo imposible por recortar y rebajar algunas partes del robot. Las modificaciones realizadas funcionaron hasta cierto punto: el tamaño seguía siendo un problema. Según Andrés: “Podríamos haber salido mejor pero los nervios y la ansiedad nos jugaron una mala pasada”.
A pesar de ello, los chicos consideran que su participación en la RoboCup 2013 fue positiva y enriquecedora. “Era nuestra primera vez en una competencia mundial. En esa semana, conocimos muchísimos chicos de todas partes, que estaban en la misma situación que nosotros. No sólo aprendimos más sobre robótica sino, también, hicimos muchos amigos”, destaca Ezequiel.
La visita de Máxima
En el segundo día de competencia, los chicos de Fénix Team estaban decepcionados con la performance de su robot. Evaluaban si valía la pena seguir destinando tiempo y esfuerzo en su arreglo.
Todo cambió con la visita de la Reina Máxima de Holanda al predio de la RoboCup 2013. “Unos señores de seguridad se acercaron a nuestra mesa de trabajo y nos dijeron que no podíamos saludarla ni darle un beso. También nos pidieron que ordenáramos nuestras herramientas y tratáramos de limpiar el polvillo que habíamos hecho”, recuerda el capitán de Fénix Team, quien tuvo el honor de dialogar con la monarca de los Países Bajos.
– ¿De dónde son, chicos?
– De San Luis.
– ¿Qué les parece Holanda? ¿Les gusta?
– Sí, es muy lindo pero hace un poco de frío (risas).
– Bueno, felicidades, les deseo mucha suerte. ¡Ojalá ganen!
“Holanda tenía un equipo en la RoboCup pero la Reina Máxima nos felicitó y nos dijo ´¡Ojalá ganen!´. Personalmente, este gesto me sorprendió y me hizo sentir mucho orgullo”, confiesa Andrés.
Un futuro con la robótica
Luego de haber recorrido las universidades y centros de investigación de robótica más importantes de Europa, los chicos sueñan con un futuro profesional ligado a este mundo de avanzada.
“Comprobar que muchas ideas se están desarrollando con microrobótica y nanorobótica, nos motiva a aprender cada día más”, asegura Andrés Córdoba.
Al terminar el secundario, el capitán de Fénix Team desea estudiar Ingeniería. Pero sus sueños van más allá de una carrera universitaria. “Conocer todas las innovaciones que se realizan en este campo, me dan ganas de seguir estudiando y formar parte de un equipo de investigación”, concluye.
